Impuesto al viento

En Puerto Madryn, ciudad argentina localizada en la costa atlántica de la zona norte de la Patagonia, provincia del Chubut, se ha suscitado  polémica, no exenta de agria protesta, que ha llegado incluso  a instancias judiciales,  en torno a una resolución municipal.

El asunto concierne a que se creó un tributo a los parques eólicos, generadores de energía limpia a cientos de miles de hogares. Se ha calificado a esta resolución como muy gravosa, en vista de que ocasionaría graves perjuicios económicos a los proyectos de la zona. Haberla considerado como impuesto al viento revela la intranquilidad y rechazo a la medida en mención.

Los impuestos excesivos son motivo de repulsa ciudadana en contra de los regímenes que han implantado estas medidas, por cuanto causan disminución en los ingresos y limitan inversiones. Esta situación ha originado levantamientos populares y hasta caída de gobiernos a lo largo de la historia de la humanidad.

De acuerdo a datos de la Cámara de Industrias y Producción, basados en informaciones de la Superintendencia de Compañías y el Banco Central, la carga tributaria en Ecuador es alta, si se la compara a la de los países vecinos. Dicha fuente da a conocer que se pagan doce impuestos de manera general, entre otros según los casos, siendo los más polémicos aquellos a la salida de divisas y a los activos en el extranjero.

La conclusión de estos análisis, con el aval de la opinión de expertos, es que en nuestro medio hay impuestos en demasía, lo que, junto a la engorrosa tramitología, al obstruccionismo de la burocracia y la opacidad política, desanima a los inversores extranjeros.

 Ante la realidad imperante, no son escasos los criterios de que ya van a poner un impuesto al viento, como nos han recordado las anotadas informaciones provenientes de la Argentina.