Humo

La narrativa del actual gobierno sigue siendo una perniciosa venta de humo. Es más, muchas veces la narrativa describe exactamente lo opuesto de lo que viven y sienten los ciudadanos. Para ser más claro y aterrizar dicha afirmación recurriré a pocos, pero exhaustivos ejemplos de cómo hace más de un año se han dedicado a la venta de humo.

En principio la narrativa fue que este era el “Gobierno del Encuentro”, cuando a los pocos meses el presidente de la Republica empezó a pelearse con muchos actores políticos, traicionando incluso pactos previos con Nebot y Correa. Luego se peleó con Iza, a quién puso hasta preso y, como si fuera poco, se abrió muchos más frentes tanto dentro de la Asamblea Nacional y su presidente, como en la Superintendencia de Bancos, donde llegó al absurdo de repudiar su propia terna.

En fin, Lasso no fue el presidente del encuentro y tampoco hoy el Ecuador se ha vuelto un país de “oportunidades”, porque los ataques terroristas así lo ponen al descubierto y hasta los cantantes internacionales lo saben, anulando su gira por el país. Más venta de humo que choca con una dramática y despiadada realidad.

Sin embargo, no aprenden de los errores y continúan con relatos ingenuos que hasta sugieren que la delincuencia es cuestión de percepción; contradiciendo la realidad que hoy en día nos da cuenta de centenares de asesinados entre sicariatos, asaltos violentos y atentados con la utilización de explosivos. Y esto por no hablar de las matanzas dentro de las cárceles.

Otras narrativas falsas son las que conciernen el sistema de la salud, donde siguen faltando insumos y los pacientes no son atendidos, lo que atenta directamente a sus vidas.

Y más humo hubo cuando amenazaron con la muerte cruzada, pero al final no pasó nada, pues al Gobierno le conviene echarle la culpa de su apatía a la Asamblea; además, sabe perfectamente que de ir a elecciones anticipadas no volverían jamás a ganar.

Pero son incansables y hoy vienen con más humo, amenazando con una consulta popular que en este momento solo le daría el golpe de gracia faltante al Ejecutivo; pues una consulta será, quieran o no, un referéndum sobre la aceptación o rechazo al mandatario y bajo las actuales circunstancias esto no le convendría para nada al gobierno.

Así que en lugar de seguir pensando que gobernar es comunicar, deben conseguir asesoría en la ejecución de políticas públicas sobre los temas más sensibles del país, claro está, siempre y cuando todo lo que está pasando en Ecuador no esté fríamente calculado para que pocos se beneficien del caos y violencia en la cual estamos viviendo.