‘Ganar – Ganar’

Matías Dávila

Hace dos semanas escribí una nota que publicó este diario, donde hablaba del Tinder: un tema ‘lait’ que se presta para todo menos para la polémica. Finalicé mi escrito con algo que consideré un chiste. Dije, parafraseándome, algo así como que si finalmente no encuentras pareja, pues es culpa de Correa.

Esta frase me parece tan hueca y tan ‘cliché’ como aquella de que “con Lucio estábamos mejor”; poco a poco empezó a ser motivo de memes y chistes de toda índole. Llegó a morirse un cantante famoso, y en la nota del medio, alguien lo trivializó diciendo que con Lucio estábamos mejor.

Para mí, “la culpa es de Correa” se convirtió en lo mismo. Es una frase que, lejos de ser cierta o no, es el comodín con el que quiere justificarse todo tipo de inoperancias. El Presidente va casi un año en funciones y si no ha tomado medidas radicales para controlar la violencia es por culpa de Correa; recordemos (dicen ellos) que Correa pactó con el crimen organizado. Si la educación no avanza y más bien se proclama con bombos y platillos la creación de ciento y pico de nuevas escuelas unidocentes, pues lo justifican diciendo que también es culpa de Correa.

Hablar de Correa provoca todo tipo de reacciones. Me insultan quienes creen que soy correísta y me insultan quienes me ven como articulista de la derecha. Levanto polvo de lado y lado. Mi mamá sabiamente decía: “Que hablen bien o que hablen mal, pero que hablen”. 

Parecería que de lado y lado hay gente -pagada o desocupada- que no va más allá del insulto. Lo más triste es que esa gente es la que reclama por un país mejor.

Amigo lector, si usted cree que me ofende por insultarme diciéndome “correísta” o “empleado de la banca”: dele. Insúlteme sin miedo porque a la final ganaremos los dos. Usted canaliza su odio y yo monetizo mi popularidad en redes sociales. Esto es lo que Steven Covey llama un ‘ganar – ganar’.