Turismo cultural

Franklin Barriga López

En Turquía, en el año 2018, se llevó a cabo la tercera conferencia sobre  turismo cultural, patrocinada por la Organización Mundial de Turismo (OMT) y la Unesco. En este cónclave, Zurab Pololikashvili, secretario general de la OMT, aseveró: “La cultura es uno de los motores del crecimiento del turismo, por lo que proteger el patrimonio cultural y promover el turismo para el desarrollo sostenible forman parte de la misma ecuación”.

Estas afirmaciones se inscriben en los Objetivos del Desarrollo Sostenible, que propugnan las Naciones Unidas y que se  orientan al crecimiento y bienestar de los pueblos, especialmente en los ámbitos económicos y sociales.

Los resultados de este tipo de turismo son cuantiosos en lo que respecta a la atracción de divisas, por los ingresos para los países que han sabido fomentar este recurso que, bien conducido, genera múltiples puestos de trabajo y más interrelaciones productivas.

Entre otros ejemplos, recordemos lo que acontece en París  y el Museo del Louvre que recibe anualmente más de diez millones de visitantes. El turista no solo es atraído por este formidable conjunto de antiguas edificaciones históricas, que en ciertas épocas ocupaban la realeza, donde se exhiben célebres muestras del arte, como La Gioconda (Leonardo da Vinci), La libertad guiando al pueblo (Delacroix), La Venus de Milo, El Escriba del Antiguo Egipto o La Victoria de Samotracia, representación  de Niké, la diosa del triunfo, a la que se le cortó las alas para que no abandone esa isla griega.

Para el éxito del turismo en referencia es imprescindible bien cuidada infraestructura, servicios de calidad, personal idóneo, entorno confiable.

Ecuador, que cuenta con recursos culturales y naturales de excepción, no debe descuidar esta magnífica fuente de ingresos, primeramente ofreciendo la seguridad que se requiere con urgencia.