Libros y progreso

Franklin Barriga López

La Cámara Colombiana del Libro llevó a cabo un estudio sobre hábitos de lectura, asistencia a bibliotecas y compra de libros, al no tener noticias desde hace siete años al respecto.

Emiro Aristizábal, presidente de esa entidad, en declaraciones de prensa ha dicho que, en su país, la gente está leyendo más, lo que, sin duda, es una noticia reconfortante. Además, el mismo funcionario ha expresado: “La lectura está asociada al progreso, a la paz, a muchas otras cosas muy importantes. Las sociedades más adelantadas son las más lectoras, más avanzadas económicamente, más justas, por tener una población educada”.

Estas aseveraciones fueron hechas en los albores de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, una de las mejores de Latinoamérica, que en esta ocasión se realizará del 17 de abril al 2 de mayo del año en curso, como es lo usual con gran asistencia. La capital colombiana sobresale por su cultura e industria editorial: basta indicar que, en el 2007, la Unesco le designó Capital Mundial del Libro.

En este campo, tampoco se tiene que olvidar a la universalmente reconocida Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, que atrae a cientos de miles de visitantes y que se efectúa a fines de noviembre y comienzos de diciembre, organizada  por su universidad prestigiosa y visionaria, institución benemérita de Jalisco.

En momentos en que la lectura se encuentra en condiciones preocupantes, por su vertiginoso descenso, debido a varios factores, se vuelve imprescindible concienciar, a niveles individual y colectivo, sobre su utilidad y beneficios.

El escritor mexicano José Emilio Pacheco, Premio Cervantes 2009, el más significativo  de las letras castellanas, manifestó estas palabras de contenido útil e inolvidable: “Cuando se ha descubierto muy temprano la felicidad de leer, uno tiene la certeza de que nunca será completamente desdichado”.