Enemigos de la democracia

Franklin Barriga López

 En Bridgetown, capital de la República de Barbados, Antillas Menores, el 17 de octubre de 2023, con el respaldo de varios países, se suscribieron acuerdos entre representantes del Gobierno y la Plataforma Unitaria Democrática de la Oposición, ambas partes venezolanas que se comprometieron “al fortalecimiento de una democracia inclusiva y una cultura de tolerancia”, con miras a las elecciones presidenciales del presente año.

 El caso es que la satrapía que oprime a Venezuela nunca hizo nada en la ruta convenida, no se esperaba tampoco que lo haga ya que la genuina democracia no existe desde cuando Hugo Chávez llegó al poder, con lo que comenzó el increíble declive de esa hermana nación digna de mejor suerte y que constituye una muestra de lo que sucede a los pueblos cuando caen en la férula de los absolutistas.

 En los acuerdos en referencia se estableció el compromiso de reconocer y respetar de manera libre el derecho de cada actor político para seleccionar sus candidatos, lo que flagrantemente incumplió Maduro y sus áulicos cuando el Tribunal Supremo impidió que participe María Corina Machado, candidata unitaria de la oposición y segura triunfadora si se le permitía participar en los comicios; la valiente política fue inhabilitada para ejercer funciones públicas por 15 años, lo que motivó general e indignado rechazo internacional. Además, Maduro, muy suelto de huesos y con su histriónico estilo, informó que ha sufrido numerosas conspiraciones y hasta intentos de atentados, por lo que desató la “furia bolivariana”, cuya punta de lanza son esos grupos cínicamente denominados ‘unidades populares para la paz’, cuya misión es acosar, perseguir, apresar a quienes no comulgan con el totalitarismo.

 Jamás hay que olvidar que los enemigos de la democracia se valen de toda clase de artilugios para no dejar el poder que lo consideran perpetuo y hasta hereditario.