Acapulco en ruinas

Franklin Barriga López

Agustín Lara compuso en honor a María Félix una canción que se hizo célebre y que recuerda al gran compositor e intérprete, autor además de Granada, por lo que en aquella ciudad española hay una calle con su nombre y la estatua en bronce que se le erigió, en la que sobresalen también dos rostros de mujeres, una mexicana y otra, gitana.

La canción nació en la luna de miel cuando Lara se casó con la Diva de México, por ello escribió “acuérdate de Acapulco, de aquellas noches, María Bonita, María del Alma”. Por esas cosas de la vida, este enlace entre quien fue considerada la mujer más bella del mundo y el Flaco de Oro, músico poeta, no duró más de dos años, en razón de que se divorciaron.

Quedó la creación musical e icónica para el puerto del Pacífico, que tuvo gran nombradía y atrajo bastante turismo, como hoy Cancún, Puerto Vallarta o la Riviera Maya. Fue escenario para películas, lugar donde se edificaron residencias de artistas famosos, con calurosas playas de aguas cristalinas y sitios como el Fuerte de San Diego (museo histórico). Los clavadistas, allí se lanzaban al mar desde 40 metros, de un acantilado cuando subía la marea. Otras atracciones le dieron resonancia internacional.

Por el paso del huracán Otis (magnitud 5), Acapulco acaba de sufrir daños catastróficos calculados en más de 10 mil millones de dólares: muertos, heridos y numerosos damnificados; estallaron las ventanas y paredes interiores de las plantas superiores de varios rascacielos; el 80% de los hoteles y el 95% de los comercios han quedado arrasados; agua y electricidad cortadas, carreteras bloqueadas, árboles destruidos, inundaciones de lodo, caos y dolor, a lo que se suma una ola de saqueos a tiendas departamentales y supermercados.

Esto es una muestra de lo que producen los fenómenos naturales, cuya peligrosidad demanda previsiones oportunas y ciertas.