Fortalecer el Derecho Internacional

PACO MONCAYO

La ‘Gran Guerra’ europea del siglo XX fue resultado de una confrontación militar entre los imperios del viejo Continente por un mal reparto de los territorios coloniales; un conflicto bélico con dos sangrientos episodios, escenificada entre 1914 y 1945. La paz de Versalles, que detuvo el enfrentamiento, fue tan torpemente diseñada, que contribuyó a que pronto la matanza continuase. En ambos episodios sangrientos participó con capacidades decisorias una potencia no europea, Estados Unidos de América, que asumió la hegemonía en reemplazo de una Europa, consumida por ese esfuerzo bélico monumental.

Fue en esas circunstancias de horror que experimentaba el mundo cuando se pensó en la necesidad de fortalecer el Derecho Internacional y de crear una organización mundial que privilegiara e impulsara el multilateralismo. La idea se concretó en el corto respiro de dos años antes de que iniciara la ‘Guerra Fría’, confrontación ahora ideológica entre las dos nuevas potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. Aunque parezca paradójico, fue la capacidad destructiva ilimitada de las armas nucleares la que terminó con la posibilidad de una guerra total entre los contendores; pero no con la de guerras de baja y media intensidad que tuvieron un alcance global.

El imperio diseñado supuestamente para construir un sistema nacional y un orden mundial sin contradicciones antagónicas comenzó a desmoronarse junto al Muro de Berlín que separaba el supuesto ‘paraíso’ comunista de la ‘aterradora’ dictadura burguesa del lado occidental. Poco tiempo después, colapsó la Unión Soviética. La victoria del mundo capitalista, llevó a pensadores como Francis Fukuyama a asegurar que había sido este, y no la sociedad sin clases pensada por Marx, el fin de la historia. Pero la realidad es tozuda y la guerra, esa horripilante compañera del desarrollo histórico de la humanidad, vuelve a estar presente, ahora en la infeliz Ucrania, desnudando la impotencia de las Naciones Unidas para preservar la seguridad mundial. Para que surja un nuevo orden de paz y desarrollo, es indispensable fortalecer el Derecho Internacional y la organización responsable de su aplicación, no la nueva división bipolar que se comienza a configurar.