Falacias e ignorancia: tiempos electorales

Fabián Cueva

Época especial para los ecuatorianos. En apenas 4 años estamos y estaremos viviendo prácticas de ‘plena democracia’, un desborde de ‘cultura política’, una demostración de ‘madurez cívica’ que nos permitirán absorber sin preocupación campañas electorales cortas y rápidas.

Desconcierto no existe. En agosto hemos de elegir nuevamente a las principales autoridades del país y hasta responderemos inquietudes ecológicas y ambientales, con un pequeño costo que no perjudica a la ‘bonanza económica’ en la que vivimos, 281 millones de dólares.

Supuestamente, concluyendo con la ironía utilizada, siendo un pueblo ‘preparado políticamente’ es de “obligación y conciencia cívica” creer en la retórica lógica de los candidatos porque en sus campañas creen que no hay mentiras, falacias o engaños.

Pero, ahora sí, a lo cierto, muchos o casi todos escuchamos: medias verdades, imprecisiones, generalizaciones en discursos o entrevistas que internamente las cuestionamos por ser tantas, mal estructuradas, cortas, sacadas de la nada, llenas de paseos folklóricos, que en verdaderas batallas publicitarias buscan apoderarse de las emociones de la gente para obtener votos, incluyendo amenazas de odio y venganza., táctica particular de grupos populistas conocidos.

 Algunos candidatos no saben de muchos temas básicos y anuncian sin ruborizarse planes que en año y medio de gobierno van a ejecutarlos, como el de empleo y educación, dirigida a una población representativa de jóvenes de 15 a 24 años, que alcanzaron el bachillerato, incluido el técnico. Las opciones de continuar estudiando le son negadas, como también, la incorporación al mundo laboral que tanto requieren.

De los aspirantes a Carondelet, pocos hablan y entienden a profundidad la problemática. Sus declaraciones son ambiguas, superficiales, pobres e inseguras. Algo señalan sobre la importancia de mejorar la educación técnica, pero ignoran sobre la formación profesional que deben obtener a nivel de bachillerato, base de la productividad y el empleo.

Definitivamente los pocos que expresan y lo poco que dicen no tienen sustento. Desconocen diagnósticos y, desde luego, ignoran soluciones como el que plantea el Plan Nacional de Educación y Formación Técnico Profesional, estructurado por la UNESCO, la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) y la VVOB, entidad internacional de educación para el desarrollo con la intervención de 10 entidades estatales, proyecto que seguramente ni siquiera se ha iniciado, razón del silencio guardado, pese a nuestros requerimientos al personal del Ministerio.

El documento es claro, el futuro presidente debería conocer, dice: hay una normativa desarticulada, el índice de desempleo de jóvenes bachilleres es elevado, los egresados carecen de competencias laborales para su trabajo, alrededor de 3 millones de jóvenes están sin trabajo, hay 1.299 instituciones técnicas y 11.112 docentes que desde hace 10 años no reciben capacitación pedagógica, a lo que se suma una afectación grave, faltan recursos financieros.

Tomando como referencia el análisis realizado, ratificamos, las campañas electorales están llenas de engaños, sólo sirven para manipular a la población con mensajes cargados de ofrecimientos vanos que llegan a una población mayoritaria con serios problemas cognitivos.

Falacias e ignorancia juntas en tiempos electorales, panorama negativo para un gobierno de 18 meses o también para los que vendrán.