Vendedores de humo

Fabián Cueva Jiménez 

Vender humo, es una frase regularmente utilizada para señalar a personas que con promesas falsas y engaños ofrecen desproporcionadamente algo que carece de sentido o que es imposible cumplir. Muchos lo hacen, más nuestros gobernantes y politiqueros.

La frase o su palabra equivalente: ‘vendehúmos’ fue utilizada por primera vez por un emperador del antiguo Imperio Romano, Alejandro Severo, que para castigar a un comerciante que mentía para beneficiarse, lo hizo ‘severamente’, ordenando que sea atado a un palo y debajo de él se queme leña verde, para asfixiarlo y no matarlo.

La lección sirvió, fue trasladada a todo el mundo mediante ejercicios dramatizados a niños y adultos para la reflexión, para no pensar sólo en apariencias y educar realmente.

En Ecuador estas historias abundan, invitamos escribir una, hay temas en todas las áreas, por supuesto, no se excluye la educación.

Hace poco, tras los resultados muy difundidos de una evaluación a estudiantes, aparte de las calificaciones obtenidas en la prueba “Ser Estudiante” (SEST) determinó una insuficiencia de niños y adolescentes de 8,11,14 y 17 años en los procesos de aprendizaje. Preocupó y nos llevó a conclusiones: las pruebas se extendieron a instituciones: fiscales, particulares, fisco misiones y municipales, por lo tanto, el problema es general y de carácter social, pero también pedagógico. Teníamos una información exclusiva de calificaciones y no de procesos. Nos vendieron humo.

Simplemente el modelo no funcionó. Se dan ciertas razones para ello. Hoy es necesario cambiarlo. El anuncio lo hizo, Daniel Calderón, Ministro de Educación y será por el de competencias, que teóricamente busca el desarrollo de capacidades que cada persona tiene, debidamente guiadas alcanzarán: saber, saber hacer y saber ser.

Guardamos expectativas, ya fracasamos en un pedido a través de La Hora en 2017, cuando dijimos que el empleo de este enfoque pedagógico era utilizado en muchos países del mundo y que era necesario implantarlo; recibimos ilusas afirmaciones como que “los profesores iban a sentir confusión por el cambio” y que el modelo en ese entonces vigente era equivalente.

Ahora, corresponde despejar el camino, hay un Acuerdo Ministerial en vigencia, con fundamentación, dirigido a todos los niveles y subniveles desde el Inicial hasta el Bachillerato con obligatoriedad, perfiles de salida, tareas y tiempos puntuales, incluido una etapa de pilotaje y responsabilidades para todos, sociedad en general: familia, instituciones, maestros, medios de comunicación y lo más importante, conocimiento y capacitación docente.

La seriedad del reto amerita pensar en el ‘venditio fumi’, ventas de humo, no caer en promesas falsas y en su lugar alejarse de los vendedores, muy identificados.