Elecciones en una democracia vulnerable

Desde hace algún tiempo ya se ha advertido de una tendencia desfavorable para la democracia en Ecuador, dado que nuestra cultura política ha incrementado el apoyo popular hacia líderes autoritarios. Esta tendencia se ve más clara y detallada en el último ‘Informe Latinobarómetro: La recesión democrática en América Latina’, que, entre otras cosas, señala una élite latinoamericana deficiente y fracasada, que ha cedido ante el dinero (especialmente el mal habido), los personalismos, y el poder político, en menoscabo de la soberanía de los ciudadanos y ciudadanas, erosionando la confianza en las instituciones y la democracia.

Según este informe, 37% de los ecuatorianos considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, pero a otro 37% le da lo mismo un régimen democrático que uno no democrático; y, un 19% considera que en ciertas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a una democracia; preferencia que ha subido 3 puntos porcentuales en los últimos tres años.

Este es el sentimiento con el que la mayoría de ecuatorianos irá a las urnas este domingo: un sentimiento más proclive al autoritarismo que a la democracia, alimentado por una clase política que nos ha fallado, que no ha logrado mejorar las condiciones de nuestro país; y que al contrario, ha dejado que éstas empeoren a su vista y paciencia. Muchos ecuatorianos irán a votar con miedo, indignación y desesperanza; y uno de los aspectos más graves de esto, es que solo allana el camino hacia elecciones más populistas y menos democráticas.

Hay que recordar que los ataques a las democracias de hoy pueden ser, y de hecho son, distintos. Ya no son necesarios los golpes militares, pues las dictaduras pueden tener origen en las urnas. Un fenómeno que el Latinobarómetro ha denominado como ‘electo-dictaduras’, y sobre el cual tendremos que estar muy pendientes en los próximos años.