El resentimiento y el populismo autoritario

Alejandro Querejeta Barceló
Alejandro Querejeta Barceló

El veto del presidente a Ley de Interrupción de Embarazo, la tumultuosa amnistía a los protagonistas principales y secundarios de las revueltas de octubre de 2019, el Proyecto de Ley de Inversiones y la posibilidad de una “muerte cruzada” entre el Ejecutivo y el Legislativo, ocupan la atención y el debate de la opinión pública. En una palabra: el populismo, de izquierda y derecha, vuelve por sus fueros.

Se trata de un populismo que algunos califican de duro o polarizado, tan propio de nuestra historia política. Sin dudas, el populismo más repugnante y descarado, que pone en peligro la continuidad democrática del país. Populismos ajenos a los reclamos y derechos ciudadanos.

En suma, la seguridad jurídica brilla por su ausencia. Ser miembro de cualquiera de los poderes del Estado exige soluciones concretas que los populistas no proponen y sobre las que no tienen idea. El populismo al uso en Ecuador, por desgracia, establece en la mayoría de los antecedentes jurídicos e “interpretaciones constitucionales”, difíciles de borrar cuando se verifica falta de realismo social, cultural o económico.

Libertad es sinónimo de verdad, una que siempre está en construcción. Las crisis que nos azotan no pueden ser sólo resueltas por los individuos, gremios o partidos de ideologías caducas, o por meros conflictos de convivencia, tienen que ser abordadas por la sociedad en su conjunto. Y sobre esta base ir en pos de políticas que sumen, y no resten, intereses colectivos.

¿Cuál es la agenda del populismo variopinto que padecemos? ¿Qué contrapartidas de beneficio colectivo ofrecen uno y otro? Cuando son los derechos de algunos grupos de la sociedad en perjuicio de otros y no de la sociedad en su conjunto, el populismo muestra su rostro más autoritario y cruel. El resentimiento es la base de populismo autoritario, así como la manipulación mediática con la construcción de un relato catastrofista.

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