El agua

Rodrigo Santillán Peralbo

La lucha por el acceso y dominio del agua dulce, imprescindible para la vida humana y su desarrollo, ha comenzado con diversos actos en ejecución, por parte de la potencia mundial que quiere dominar al planeta y la vida humana y que sabe, perfectamente, que solo el 1% del líquido vital que es indispensable para satisfacer las necesidades de supervivencia, está disponible.

El agua dulce, aparentemente, es abundante por lo que suele afirmarse que la oferta mundial bastaría para garantizar la satisfacción de la supervivencia, mantenimiento y desarrollo, pero la verdad es que este recurso vital existe y es copioso en unos lugares y totalmente escaso o inexistente en otras partes de la Tierra.  Así, América del Sur disfruta del 26% de los recursos hídricos “para un 6% de la población mundial”, pues solo en la cuenca del Amazonas se concentra el 15% de todas las existencias mundiales. Asia que tiene un 60% de la población mundial solo dispone de un 36% de agua dulce.

En la actualidad hay unos 550 millones de personas que viven en zonas con escasez del líquido y en el futuro, la problemática se ahondará, hasta causar graves conflictos nacionales e internacionales debido a la presión demográfica, al desperdicio sistemático, la contaminación y la disminución natural de los recursos hídricos.

Jordi Cortés afirma que el problema del agua es que el 97% del total está formada por agua salada perteneciente a mares y océanos. No es del todo acertado sostener que el agua es un recurso escaso en el planeta. El elemento realmente escaso es el agua dulce, es decir, aquella que es imprescindible para el desarrollo de la vida terrestre. El agua dulce constituye solo un 3% del total del agua presente en el planeta. Es preciso cuidarla y jamás desperdiciarla por ningún motivo.