Impuestos, subsidios y mentiras

Eduardo F. Naranjo C.

El bienestar de los ciudadanos es la misión básica del Gobierno, pero realizando un eficiente manejo del Estado; no es tarea fácil, ya que para alcanzarlo es necesario persuadir a la participación ciudadana, como a las instituciones públicas y privadas, a que contribuyan con los sacrificios necesarios, cuando las circunstancias lo ameriten aunque sin engaños ni maquinaciones. Teóricamente así debe ser, pero dada la poca creatividad de los políticos para hallar soluciones, resulta difícil alcanzar éxito en el equilibrio social y económico.

Los gobiernos buscan recursos aplicando impuestos y es cuando el engaño se hace presente mediante manipulación de cifras sobre las que la mayoría ciudadana no tiene la menor idea. El caso del pretendido ‘subsidio’ a los combustibles. El experto en petróleo Fernando Reyes Cisneros presenta un estudio que demuestra que la mencionada carga de subsidios a los combustibles no es tal, usando para ello la contrastación entre costos de producción y valores de venta.

Reyes muestra en su análisis que los costos de importación de combustibles del año fueron de $6.794  millones y el valor de venta obtenido fue de $7.105 millones que deja a favor del Estado $294 millones y, si se incluye el IVA, de la venta son $329 millones, y se pregunta por qué no se toma en cuenta en los cálculos la nafta Ron 80, dejando así una inquietante incógnita sobre los datos que se lanzan al viento para asustar a la población y meter el ‘sablazo’ a las mayorías, cuando hay grandes evasores de alto calibre que dicen estar en trámite judicial, algunos ya por años. Con la justicia que conocemos todo puede pasar. Otros deudores tienen sentencia en firme y no se cobra.

En el mundo hay voces de gente millonaria de verdad, que entienden la crisis social y piden pagar más impuestos, pero aquí los únicos pagadores somos los caminantes de a pie que contribuimos con nuestro voto para ponernos encima a los verdugos.