Día de la Tierra

Cada 22 de abril, desde hace más de cincuenta años, se celebra el Día de la Tierra a nivel mundial, lo que invita y conmina a reflexionar en la importancia de este elemento para la vida de las personas.

Nos hemos acostumbrado a extraer todo de la tierra, desde los alimentos hasta los minerales, sin pensar en la necesidad de reponer lo que sacamos. Año tras año, crece la preocupación por el agostamiento de los suelos, la menguante productividad de la tierra por falta de cuidados y de descanso para la tierra, la ausencia de rotación de cultivos, de provisión de agua y de nutrientes.

Si es que queremos seguir disfrutando de los bienes que la tierra produce, es necesario reflexionar sobre la importancia del cuidado de esta, que nos dota de la cobertura vegetal indispensable para la vida.

La deforestación masiva agrede a la tierra, la vuelve más propensa a sufrir los procesos de la erosión. La tierra agrietada, desmenuzada, es llevada por el viento en remolinos que van agostándola, arrebatándole la capacidad de regeneración y causando problemas muy serios a quienes la cultivan y viven directamente de lo que la tierra produce.

Nuestro planeta Tierra también es parte de esta conmemoración. Es la denominación que desde tiempos antiguos usamos para nombrar al planeta, que pudo bien llamarse Agua, dada la cantidad de esta que existe, sobre todo en los mares y océanos.

La celebración de este año pone un énfasis especial en la expresión “Una sola tierra”, con miras a llamar la atención sobre lo interrelacionados que estamos, en la global concepción de que todo lo que hacemos en determinado lugar afecta al mundo entero; de ello deriva nuestra enorme responsabilidad de actuar con precaución y consecuencia.