De pactos y otras hierbas

Difícil creerle al presidente Lasso, a los correístas, a los socialcristianos, a Pachakutik o a la Izquierda Democrática. Los oficialistas, amparados en la constitución correísta, salvaron su reforma tributaria (entró por el ministerio de la ley), pero niegan pactos “non sanctos” con los oportunistas de UNES, que son iguales que Correa.

Los socialcristianos se ufanan de no aprobar ninguna alza de impuestos. ¿Olvidaron el fracasado pacto de Nebot, Lasso y Correa hace siete meses? Pachakutik se rasga las vestiduras por dejar que ese proyecto sea un “gol por las galletas”. La Izquierda Democrática (el partido del avestruz) niega padre y madre y los inefables correístas quieren demostrar lo contrario de lo que hicieron (ver para otro lado) con el proyecto tributario.

¡Oh, sorpresa! Sale de prisión Ricardo Rivera, tío del exvicepresidente Glas, acogiéndose a la reducción de penas, ignorando sus delitos (los de él y su sobrino) en la “robolución” ciudadana: Singue, Odebrecht, Caminosca, la “repotenciación” de la refinería de Esmeraldas, desvíos de dineros al exterior y acoso sexual a menores de edad. ¿Y el dinero que robaron? ¿Se premia los delitos de cuello blanco?¿Por eso Glas no habla?

¿Coincidencia? Una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) visitó las cárceles y se entrevistó con -adivinen- Jorge Glas. Sus abogados buscan modificar el estatus judicial del exvicepresidente para que cumpla arresto domiciliario. ¿No hubo acuerdo? ¿No pidieron los correístas salvoconducto para la “Assange ecuatoriana”, María de los Ángeles Duarte (dos años en la embajada argentina en Quito), negocios petroleros, la Contraloría, algún ministerio y bajar la pena de Alexis Mera?

Si no hubo pacto, como dice el gobierno, ¿por qué los correístas “se hicieron los giles” al votar el archivo del proyecto tributario? Pero dicen ser oposición cuando intentan, por enésima vez, llamar al presidente a la asamblea por Pandora Papers. Este pacto, muy cínico y no aceptado por las partes, le puede pasar factura a Lasso y no basta con negarlo.

Los políticos creen que pueden burlarse de los ecuatorianos y que esta reforma (un “garrotazo” para una “clase media” inventada por el ejecutivo) es positiva. Hay que ver si ellos -ministros, asesores, asambleístas y juristas de alto rango- podrían estirar los $ 2 mil mensuales como la mayoría intenta, sin éxito y con deudas. Decir que no hay pactos es como decir que la sangre es verde o que las vacas vuelan. Pero, en la política ecuatoriana eso es posible.