Crimen y castigo

En esta novela que perdura — se la lee, se hacen dramas, películas, de Fiodor Dostoyevski—, el “héroe” Raskolnikov, un joven ruso idealista, fino, perturbado por la miseria que le impide continuar sus estudios, asesina a hachazos a una usurera cruel y estafadora y a su hermana, para robarla. No aprovecha de lo robado, se delata él mismo, sufre, considera que lo que ha hecho es por fines humanitarios (matar un gusano, la prestamista), siente la culpa, expía en Siberia su crimen, pero jamás se arrepiente, que es la parte psicológicamente más profunda del personaje.

No es por prejuicio, odio o venganza, pero el delincuente hasta se enmienda, va a la cárcel, expía, mas si es de matar o robar “bien” lo volvería a hacer. Siempre quiere tapar su crimen y evitar tonterías o estupideces que lo condenen. Su estado moral siempre será igual. El ser humano lo justifica todo. Los delincuentes de “cuello blanco” o sea los que esquilman el dinero del pueblo, mediante coimas, sobornos, crimen organizado, a veces sienten culpa, pero la atribuyen a que la sociedad lo acepta todo para obtener el “buen vivir”, hasta con lujos derroches y lágrimas de los perjudicados. Desde luego, lo mismo que el inocente, se defiende con furor y hasta indignación y con poder del dinero robado y jueces y abogados estupendamente pagados, con cero de integridad jurídica y moral.

Lo hemos vivido en el Ecuador estos últimos catorce años: se ha robado al Estado (al pueblo) miles de millones de dólares, mediante sobornos, subfacturaciones, contratos chimbos, sobreprecios, oficinas desde la presidencia de la República.   Los principales autores han sido condenados penalmente, algunos están en la cárcel, otros prófugos. Pero jamás se han arrepentido de sus fechorías, hasta han expiado sus delitos, tal vez sentido culpa, mas quieren volver a sus tristes manejos económicos, son profesionales del delito. No hay en ellos posibilidad de rehabilitarnos, reeducarlos, pues no son delincuentes comunes. Lo más grave es que han utilizado la política, que es buscar el bien común, para enriquecerse dolosamente.

¿Se votará nuevamente por aquellos?