Costo de vida

Franklin Barriga López

En el Informe Riesgos Globales 2023, del Foro Económico Mundial,  que recepta las opiniones de más de mil expertos de todo el planeta, se puntualizan asuntos que, por su peligrosidad e incidencia, son de interés colectivo, en vista de que ningún país está  exento de estas amenazas que, en no pocas partes, son ya realidades latentes.

Estos riesgos, como las rivalidades geopolíticas, la recesión y el creciente sobreendeudamiento, agravados por la pandemia de coronavirus y la guerra en Europa, la desinformación y la interrupción de medidas oportunas para combatir el cambio climático (calentamiento global, desastres naturales, pérdida de biodiversidad, degradación ambiental, colapso ecológico), provienen, según dicho estudio, de los conflictos y tensiones geoeconómicas, existiendo una creciente brecha entre lo que es científicamente necesario y lo aceptable políticamente.

Se advierte que por estas y otras causas puede venir aflicción colectiva sin precedentes, concesiones incompatibles para el progreso social, disminución de asignaciones en ámbitos prioritarios como salud, educación y desarrollo, determinándose que las perturbaciones se proyectan especialmente a las áreas de alimentos, energía, empleo, materias primas, seguridad y menor inversión en capital humano. Se subraya que antes de llegar a un punto de inflexión, se vuelve imprescindible la acción concertada de los países.

En estas circunstancias, el costo de vida va aumentando, lo que ya se siente en países como el nuestro, agobiados por las condiciones propias del subdesarrollo que se agravan por factores adversos, como la pésima calidad y los embustes de casi todos los políticos, agobiantes desniveles sociales, poca conciencia cívica, desmoralización entre las  incontables personas que no encuentran oportunidades para ir adelante, corrupción galopante, lo que genera caldo de cultivo para alentar el activismo de extremistas o inconsecuentes demagogos.