Colombia: ¿también se disparó el pie?

El socialismo del siglo XXI esperaba ganar en primera vuelta. No le alcanzaron los votos. Los partidarios de Gustavo Petro gritaban en la sede de campaña en Bogotá que “falta 1 millón de votos”. Fallaron los cálculos para una inédita llegada al poder de la izquierda, en un país tradicionalmente polarizado entre conservadores y liberales desde el siglo XIX, con alternancia entre gobiernos como los de Uribe, Pastrana y Betancourt y los de Gaviria, Santos o Turbay.

Petro creyó que tenía la llave del Palacio de Nariño. Casi un 41% de votos (7 millones) contra un 28% de sufragios (unos 5 millones) del populista de derecha Rodolfo Hernández, un millonario que basó su campaña en Tik Tok. El uribismo no existe, aunque su candidato Gutiérrez ofreció sus votos (algo menos de 5 millones) a Hernández, quien declaró que “no va a hacer alianzas”.

¿Chávez contra Bolsonaro? Los observadores señalan que Petro no la tendrá fácil por la polarización existente y los temores creados en la campaña, de que convertirá a su país en otra Venezuela. Colombia votó contra la tradición política y puso frente a Petro, que se juega al todo o nada, contra Hernández, un terremoto populista.

Populismo de izquierda y de derecha. Las disyuntivas no cesan en una Latinoamérica que sigue escogiendo entre extremos. Pasó con Boric versus Kast en Chile, entre Castillo y Keiko Fujimori en Perú y va a ocurrir en Brasil entre Lula y Bolsonaro. Las lecciones del pasado pasan factura. El péndulo populista funciona y el peligro es que, aunque son corrientes diferentes terminan, finalmente, haciendo casi lo mismo.

Hace ocho años la derecha tradicional, unida en torno al expresidente Uribe y al Partido Conservador, tenía casi la mitad de los votos. Gutiérrez solo obtuvo 24%. La izquierda de Petro logró un 40,5%, un resultado inédito (frente al habitual 15% del pasado).  El centro, representado por Fajardo, no aparece, permitiendo la irrupción de un populista de derecha, Rodolfo Hernández, cuya única propuesta es la “lucha contra la corrupción” con la que captó votos de los inconformes.

Los votantes derribaron a la casta liberal y conservadora. Los políticos tradicionales no pudieron satisfacer las necesidades del pueblo y el deseo de cambio ya se hizo evidente en las violentas protestas de 2019. Ninguno de los dos candidatos ganará sin acercarse al centro. Gane quien gane, la polarización seguirá. Colombia votó por un cambio, no sabe cuál. ¿Otro tiro al aire?