De lo bueno, poco

César Ulloa

Los feriados son oportunidades únicas e impostergables para dinamizar la economía de pequeñas, medianas y grandes empresas. Valga la precisión, en nuestro país son las pequeñas y medianas las que generan más trabajo, sin embargo, se evidencian como las más sensibles ante la crisis. En general están compuestas por familias de varias generaciones que asumen el oficio como un patrimonio de doble vía: tradición y utilidades. Para ciudades intermedias y pequeñas como Baños, Loja, Tena, Puerto López, Atuntaqui, Puyo, Otavalo, entre otras, cada festividad puede ser una tabla de salvamento frente a las condiciones socioeconómicas en tiempos complejos y de incertidumbre.

¿Cuánto, realmente, apoyamos visitando las diferentes ciudades y consumiendo en estas los productos de manos ecuatorianas en los feriados? En estas fechas, aunque no únicamente en ellas, debería prevalecer la cooperación, la solidaridad y la generosidad, además de conocer aún más las culturas de nuestro maravilloso país en su gastronomía, artesanía, tradiciones, costumbres, ritualidades, formas de vida, además de exacerbar, en el mejor de los términos, nuestros sentidos con los paisajes, climas y la diversidad a flor de piel. Es inevitable amar el Ecuador en todas sus expresiones por su inagotable riqueza y su extraordinaria gente.

Posiblemente, en muy pocos países del mundo en cuestión de horas se pase del calor al frío, del verdor impresionante de la selva a la arena de la playa y después a las montañas de la sierra, sin perder de vista que tenemos una fuente mágica en las islas encantadas. Esto es el Ecuador que nos vio nacer, nos acoge y debemos preservar para las nuevas generaciones. Pese a las dificultades que atravesamos, siguen siendo más los motivos, las razones y las emociones para quedarnos aquí, vencer el miedo, ocupar las plazas, escoger mejor a los políticos y educar en valores para engrandecer la patria en hechos, narrativa y destino de vida.

En este feriado, si bien la economía no se dinamizó como hace años, no obstante, de lo bueno poco, pero hacia delante caminaremos para mucho.