Cargos cotizados

Ser alcalde, prefecto, concejal o presidente de una junta parroquial es una forma de servir al país. Estos cargos son muy cotizados, y para llegar a ellos hay que negociar y hacer acuerdos con los diferentes actores políticos, a fin de integrar la papeleta de votación y reservar cargos para los nuevos burócratas. Parecería que las prefecturas provinciales son tan insignificantes que los interesados son los mismos de siempre; mientras las gobernaciones parecen ser una mejor alternativa al contar con más funciones y mayor colaboración desde el poder central.

Los Gobiernos Autónomos Provinciales han perdido muchas competencias, en gran medida por su incapacidad e ineficiencia. Las alcaldías, juntas parroquiales y gobernaciones han desplazado a estas instituciones politizadas que se han convertido en un elefante blanco con mucha burocracia inoperante. Las funciones que desempeñan son intrascendentes y sin resultado alguno, pero con presupuesto para muchos cargos y pagar favores personales. Gastos innecesarios, ayudas sociales descoordinadas, algo de turismo y ferias agrícolas sin planificación, han convertido a estos organismos en centros de acopio de expertos políticos, locutores y muralistas.

Las prefecturas tienen como funciones el ordenamiento territorial, vialidad rural, obras en cuencas y microcuencas, ambiente, sistemas de riego, actividades agropecuarias y productivas. Por su parte, los municipios y juntas parroquiales tienen muchas más competencias que las prefecturas; entonces ¿justifican su existencia? El clientelismo político y las ambiciones personales de los mismos de siempre han superado al conocimiento y la técnica de profesionales y trabajadores capaces, conocedores de los gobiernos provinciales.

Las parcelas de poder de quienes no saben administrar ni responder ante hechos naturales que se producen fuera de todo control o prevención, dejan secuelas graves y lamentables en el sector rural donde sí tienen competencias las prefecturas provinciales. Sin embargo, la política intransigente predomina en estos organismos seccionales donde se busca la reelección para quienes no tienen el menor criterio ni razonamiento administrativo.