Canje de deuda: gran acierto para Ecuador y Galápagos

Milica Pandzic

Ecuador es un país rico en biodiversidad, con ecosistemas únicos en el mundo y cuya fragilidad demanda constante estudio, protección y vigilancia. Desafortunadamente, las incesantes limitaciones en recursos no le han permitido al país lograr los esquemas de conservación que requieren estos ecosistemas; lo que, muchas veces, nos ha llevado a tomar decisiones perjudiciales: solo cabe recordar el fracaso de la Iniciativa Yasuní ITT —y su posterior explotación petrolera.

Los recursos siempre han sido un limitante, pero hoy somos testigos de un gran acierto: un canje de $1.628 millones de deuda existente por la emisión de un nuevo préstamo de $656 millones, lo que significa una reducción de nuestra deuda externa en casi $1.000 millones. En razón de este canje, y su emisión de bonos azules, se destinarán $450 millones exclusivamente para proteger las islas Galápagos y su vida marina.

Si bien las operaciones de canje de deuda para la conservación de la naturaleza no son nuevas, este en particular es el mayor canje que ha sido registrado en la historia hasta el momento. La gestión y negociación, al más alto nivel, que se llevó a cabo para lograrlo, merecen ser reconocidas, pues justamente este es el tipo de visión e iniciativas que el país requiere.

Este ha sido un gran ejemplo de cómo determinar objetivos claramente, reconocer limitaciones —pero buscar la forma de superarlas—, coordinar soluciones innovadoras y generar alianzas de valor para dichos efectos, pueden resultar en acciones que tendrán un impacto positivo hoy y a largo plazo para el país. Hoy podemos celebrar estas buenas noticias y ojalá que gestiones positivas como ésta también se manifiesten en otros ámbitos de la gestión pública, pues hacen mucha falta.