Bajo el imperio del ‘no’

En nuestros países parece que la luna de miel de los gobiernos apenas elegidos termina ahí. Ahora vemos con preocupación que la Asamblea está lista para vetar cualquier ley tributaria, laboral o fiscal que presente el presidente Lasso. Los sindicatos cavan sus trincheras para combatir al Gobierno, los indígenas no aceptan al actual gobernante ni su Plan de Gobierno aprobado por el pueblo en elecciones democráticas. Las carreteras serán obstruidas si no se atiende de inmediato los problemas estructurales, cuando durante 14 años los resistentes han estado callados, embobados por un populismo inescrupuloso.

Lo cierto es que el poder se debilita para el Gobierno y para la oposición –aunque no se dé cuenta- con la dictadura del “no”, por fines electorales futuros –que ni saben cuáles serán-, por antipatías ideológicas, pues pocos políticos de oposición tienen clara formación doctrinaria. Y lo más grave por ignorancia de la realidad, que es negar la verdad. Si quieren un gobierno efímero, lo tendrán, al igual que sus perspectivas revolucionarias que serán más efímeras. La víctima será el país; su imposible desarrollo, comercio, menos inversión y competencia entre empresas, en fin, parálisis. Los “amados” pobres continuarán en el desempleo, la ignorancia y el olvido, tal vez esperando a un demagogo simplificador con promesas engañosas o al cada día más creciente poder del narcotráfico.

Con la dictadura del “no”, afectada la economía, habrá frustración e ira, pues la clase media se debilita y los problemas de la pobreza y atraso serán mayores; mientras, algunos aprovecharán para atesorar riquezas, si es posible hasta honradamente.

El impacto positivo de las redes sociales como instrumento de información y participación es exagerado y poco habitual. Se ha llamado a la influencia de las redes “activismo de sillón”, pues apretando un botón se quiere cambiar el mundo.

La frecuencia o el intento de violencias, disturbios, vista gorda al narcotráfico, prohibición de radares, insurrecciones, únicamente conducen a debilitar al Ecuador. Es hora de arrimar el hombro es vez de decir a todo “no”.