Bailando por un sueño

José Alvear

Todos los ‘borregos’ (así los etiqueta el jefe de la secta desde Bélgica) bailaron por un sueño. Ellos caminaban en Portoviejo con aires triunfalistas con su camisetita azul, en el evento de elecciones primarias, la democracia interna que deben tener todos los movimientos y partidos políticos. Ahí elegirían a sus candidatos a ocupar la silla presidencial.

Eufóricos, los correístas creen que ya llegaron al poder, engañados por sus caudillos. Esos que les crearon la ilusión de democracia interna. Así, asistieron a ver que es en Bélgica, como de costumbre, donde se decide todo. Y la militancia queda reducida a ser una simple cachiporrera de las decisiones.

Para la muestra algunos ejemplos de ‘aspirantes’ que se anticiparon como estrellas y acabaron ‘estrellándose’ con la dura verdad de que el prófugo Correa es quien tiene la última palabra. Me refiero a Andrés Arauz, ese vago que recibía sueldo del Banco Central, sin trabajar. El mismo que se paseó por Latinoamérica y se dedicó a mover redes sociales, balbuceando su presunta candidatura a la Presidencia y afirmó públicamente que él estaba listo para ser presidente, no solo candidato.

Otro que quedó en el banquillo de los ignorados fue Carlos Rabascall. Lo dejaron de saco y corbata con sus aspiraciones presidencialistas. Dando preferencia a aspirantes más ‘leales’ al prófugo. Rabascall ni siquiera fue parte del show correísta en el que se ‘elegía’ a sus candidatos.

El evento circense que armaron no alcanzaba el pico de rating cuando, al puro estilo de un programa de farándula, sale ‘Vidrio’ el ex vicepresidente sentenciado por cohecho, Jorge Glas. La gente estalla de emoción, es ‘su héroe’ y como tal se victimiza ante el público, pero como todo truco, es tan solo una ilusión. Este delincuente salió en libertad sin devolver un centavo de lo que le robó al país, gracias a las mañas de una justicia politizada que deja un mensaje de total impunidad al país.

‘Vidrio’ sabe que no puede ser candidato. El delito por el que fue sentenciado no le permite constitucionalmente recuperar sus derechos políticos. Sin embargo, ante la ciega fanaticada asegura que es generoso, así que declina de este ‘honor’ y cede ese ‘premio’. Se lo pasa a la total desconocida Luisa González y a quien la secundará, Andrés Arauz.

Así, el caudillo le apostó a la lealtad para evitar caer en pesadillas del pasado y queda configurado, que la candidata será esa mujer, Luisa González, la más fiel de sus fanáticas —una exasambleísta muy poco relevante que tiene glosas con el Estado, que no nació en Manabí sino en Pichincha—. Así finalizaba este show, armado para ocultar que su presidenciable no tiene nada de reconocimiento.

Este circo terminó además con la militancia ‘Bailando por un Sueño’. Los ‘borregos’ se retiraron felices a sus casas, pensando que todo había sido transparente. Obviando que fueron utilizados solamente como parte de una escenografía. Todo estaba decidido por el prófugo desde hace rato.

Esta burla a la inteligencia de los ciudadanos no debe continuar. Los movimientos políticos deben ser transparentes y presentarnos perfiles valiosos. Eso seguiremos exigiendo como ciudadanos. Enfocarnos en menos Estado, menos demagogia, menos farsantes, ¡más libertad!