Autoconocimiento y desarrollo sostenible

Rodrigo Contero Peñafiel

 Siempre debemos separar lo que es mejor para cada uno de nosotros de lo que es mejor para los demás, Los problemas individuales deben ser tratados como tales y no hay razón ni motivo para trasladarlos a los demás. Los asuntos difíciles requieren especial atención de quienes los deben resolver; y, en ocasiones, ameritan ser tratados por profesionales autorizados para ello y no de manera superficial. La mejor forma de resolver problemas es concentrarse primero en la persona, luego en la pareja y la familia.

El sentirse comprometido con lo que se dice y hace, refuerza la personalidad y permite ganarse el respeto de los demás, principalmente cuando se recorren caminos confusos y complicados que ameritan ser enfrentados para obtener resultados adecuados. Los valores y principios ayudan a superar los momentos difíciles y nos enseñan a ser agradables. Cuando solo se da órdenes o se buscan cambios sin el menor criterio ni conocimiento, llega el fracaso. Para triunfar en la vida es necesario valorarse a uno mismo, buscar las oportunidades y aprovecharlas para la superación personal y social.

Nadie puede considerarse con derecho a todo. Con frecuencia encontramos personas que se lamentan porque su condición no está a la altura de lo que dicen se merecen. Solo aquel que toma conciencia de lo particular y frágil de su existencia puede disfrutar plenamente de ella. De igual manera, quien valora lo que recibe de los demás puede vivir en armonía con todos, es decir, con la familia, la sociedad y su mundo laboral y social. Para crear lazos de amistad y armonía en el grupo en el que se convive, es importante valorar y entender a cada uno de sus miembros; cada persona tiene su propia forma de vida, que no es nada fácil.

Si no se crean vínculos fuertes de amistad, motivación y compromiso, es muy probable que en cualquier momento las personas comiencen a realizar lo mínimo e indispensable para trabajar en equipo, puesto que, la falta de objetivos comunes divide a los miembros de cualquier grupo, con lo cual el fracaso es inminente. Solo quienes saben reconocer y entender el comportamiento de la gente, se valoran a sí mismos y obtienen resultados.