Asamblea, como pluma al viento

Manuel Castro M.

Las razones de la baja aceptación de la Asamblea Nacional tiene variadas explicaciones. Lo evidente es que la realidad del país tiene su origen en la inseguridad y desempleo, ineficacia de poderes públicos, que en parte no tienen culpa: herencia de un pasado político no santo, una naturaleza incontrolable, guerra externa, pandemia.

Sin embargo la Asamblea Nacional carece en su mayoría de integrantes políticamente honrados. Ejemplos: en alianza de CREO y Pachakutik se elige presidenta a Guadalupe Llori y vicepresidente a Virgilio Saquicela. A poco se destituye a Llori con el voto de Pachakutik y sube a la presidencia Saquicela. Éste conforma una comisión con el presidente de la República para mantener la unión del país, y contradictoriamente vota por la destitución del presidente. Aparece un pacto contra natura UNES (Correa) con el Partido Social Cristiano (Nebot) para hacer oposición al Gobierno. A pesar ello, con la abstención de UNES, se aprueba la ley de urgencia económica enviada por el Gobierno.

Amnistía a 250 ciudadanos acusados de diversos delitos,  entre ellos a quienes asaltaron asaltaron a Quito, presididos por Leonidas Iza.

104 legisladores aprueban destituir al presidente por ‘traición a la Patria’, (que luego retiran), cohecho y peculado. La Corte Constitucional admite el juicio por ‘presunto peculado’. 59 legisladores presentan la acusación por tal delito. Una de las acusadoras ha aprobado lo que acusa: la continuación de un contrato origen de peculado (no suscrito por el presidente), esto es, la apropiación de bienes y dineros por aquél.  Ante la falta de pruebas el asambleísta Roberto Cuero sostiene que la “destitución va porque va”. Los opositores  aducen que el pueblo —que los rechaza— quiere la destitución de Lasso. Juegan con la Nación.