Arte y economía

Eduardo F. Naranjo C.

En ‘comunicación’, todo pensamiento plasmado en signo y/o símbolo concreta un mensaje; el arte es creación de múltiples mensajes de color y forma que inspiran al observador a percibir emociones de lo bello.

Está en camino una ley de fomento y protección de producciones cinematográficas, sustancial para el desarrollo de lo audiovisual. Sin embargo, no existe ley para “proteger y difundir la creación artística” a la vez que fortalecer las artes plásticas, tomándose en cuenta que en el país hubo y hay valiosos artistas de fama internacional.

Una ley debe promover la construcción y desarrollo de museos como atractivo  público, que eduque y motive a los jóvenes, a la vez que apoye a los artistas a salir del país,  auspiciados por embajadas propias y de países amigos. Fomentar muestras itinerantes ocurrió ya en el pasado, por voluntad de algunos diplomáticos de carrera; es necesario imitar a otros países.

Los artistas consagrados son un atractivo para que extranjeros cultos visiten nuestro país. De ahí la importancia de mantener y crear  museos y galerías, como en su momento el Banco Central sentó bases de identidad; hoy la misión es del  Ministerio de Cultura. Quizá es momento de hacer las cosas bien porque este aporte fomentará la economía.

La Universidad de las Artes en Guayaquil da pasos positivos, pero sin resultados aún. La ciudad del río debe promover a los nuevos talentos. Dar reconocimiento y valor económico a las obras de arte es básico. Como en otros países, el Estado tiene que adquirir muestras de cada autor consagrado y crear el museo del arte ecuatoriano, donde se pueda conocer desde lo más arcaico hasta lo más moderno, fomentar el muralismo con mensajes motivadores con raíz histórica, como lo hizo México en su momento. El Estado, con el sector privado, debe ser promotor de las artes.