Aceptar la realidad es el único camino para cambiarla

Una de las críticas más comunes al presente mandatario es que “vive en otra realidad” y que está completamente desconectado de las necesidades y los problemas de los ecuatorianos. Cada vez es más difícil argumentar lo contrario. En un reciente discurso, el presidente Lasso indicaba que en sus 14 meses de gestión, “su gobierno ha hecho más que los dos anteriores”. También indicaba que hoy “sentimos la libertad de emprender, acceder a una educación de calidad, recibir medicación oportuna y gratuita. La libertad de saber que los problemas del Ecuador hoy están siendo afrontados con responsabilidad”.

El Presidente habla de un país que solo existe en su mente. La realidad es completamente distinta al punto de que aseveraciones como esas llegan a ser indolentes con el sufrimiento de los ecuatorianos que no encuentran trabajo, que no pueden estudiar, que no pueden tratarse en los hospitales públicos por falta de medicinas o que sufren por la constante y terrible inseguridad a la que el país está sometido.

Hoy Ecuador vive un sinnúmero de crisis, probablemente de las más graves de su historia, y la mayoría de ecuatorianos siente que el gobierno no ha hecho nada al respecto. Según encuestas, más del 70% considera que ésta ha sido una mala o muy mala  gestión, y entre las principales razones están su falta de acción y falta de solución a los problemas.

No sabemos si el Presidente y su círculo cercano entienden la gravedad de lo que se vive, pero en este punto no solo se requiere una comprensión interna sino una exteriorización de la verdadera dimensión de los retos a los que se enfrentan y las dificultades que como gobierno atraviesan. Lejos de ser una señal de debilidad, la honestidad nos permitirá saber que finalmente van en buena ruta – porque aceptar la realidad es el único camino para cambiarla.