A la espera de un plan de seguridad

Tras los recientes cambios en la cúpula de las Fuerzas Armadas y en el Ministerio de Defensa, la ciudadanía sigue a la espera de un verdadero plan de seguridad a la altura de las nuevas circunstancias. La ola de crimen organizado que vive el país ha obligado a las Fuerzas Armadas a adoptar un rol protagónico en la seguridad interna y el mantenimiento del orden, una función históricamente secundaria ante la defensa de la soberanía y la integridad territorial. Esto puso en evidencia, desde un inicio, lo mucho que queda por hacer en coordinación y entrenamiento conjunto con la Policía Nacional, reentrenamiento del personal, asignación de recursos, rediseño del marco legal, frente diplomático, entre otras cosas.

Durante el Gobierno pasado, en más de una ocasión prematuramente se anunciaron nuevas estrategias o recetas milagrosas que no dieron resultado. Sin embargo, diferentes funcionarios advirtieron en reiteradas ocasiones sobre la urgente necesidad de montar un nuevo sistema, con una nueva doctrina y un nuevo plan, para la seguridad integral del país. Hoy, las Fuerzas Armadas cuentan con abundante experiencia y numerosos expertos para, en coordinación con las autoridades políticas, judiciales y policiales, articular dicha iniciativa.

En momentos de crisis como los que vive el país este momento es necesario que las Fuerzas Armadas se reafirmen en su compromiso inquebrantable con la Democracia y la Constitución. Igualmente oportuno sería, de parte del Gobierno, sopesar el consejo de aficionados y, mejor, escuchar las recomendaciones que nacen de la experiencia castrense.