Slackline: Desafío a la gravedad y a la mente

Slackline: Desafío a la gravedad y a la mente
FORTALEZA. Juan Elias Polit camina ente dos rocas en San Juan, cerca de Riobamba. (Foto cortesía A. Albornoz)

«Es una lucha con un instinto básico que tenemos de supervivencia.

«Hay que practicar progresivamente las recomendaciones de equilibrarte, caminar, luego posturas, saltos o distancia”.

Juan Elías Pólit, fundador ‘Slacktitud 0’

Con el abismo bajo los pies y tan solo una cinta del grosor de una pulgada como piso para que la gravedad no los lleve al fondo, los ‘slackers’ desafían a los instintos y al miedo. El ‘slackline’ es una aventura en las alturas que involucra caminar o realizar trucos sobre una cinta atada a dos puntos y levantada sobre el suelo.


“Tienes que estar muy relajado, concentrado en lo que estás haciendo y dejar que el cuerpo reaccione”, explica Juan Elías Pólit, uno de los fundadores del grupo Slacktitud 0. “Es una lucha con un instinto básico que tenemos de supervivencia. Aquí estás asegurado pero tu cuerpo y tu mente te están diciendo ‘sal de aquí por favor’”, describe sobre el sentimiento de estar encima de la cinta y no tener nada de dónde cogerse.


El ‘slackline’ se divide en tres modalidades: highline, longline y trickline. Cada una tiene sus características y dificultades. El highline es el que se hace entre dos rocas naturales y una quebrada por debajo, con al menos 10 metros de altura.


Si no se está bien preparado es una actividad de riesgo. Pero el grupo de aventureros se ha organizado para tener todo el equipo adecuado y asegurarse de que no existan accidentes. Para eso se necesitan cintas de buena calidad, cuerdas, un arnés y mucha práctica. “En la comunidad reunimos el dinero para tener los equipos y usarlos en conjunto”.

Slackline: Desafío a la gravedad y a la mente
RETOS. El objetivo es no caerse, en este caso la motivación era no mojarse. (Foto cortesía A. Albornoz)

Al no existir árboles o puntos donde envolver la cinta se tiene que perforar la roca con un perno expansivo. Se necesitan al menos tres de estos tornillos para asegurar una cinta. Zumbahua y Riobamba con algunos de los lugares favoritos para practicar esta modalidad.


La meta en el slackline es cubrir la mayor distancia posible sin caerse de la cinta. “Actualmente, caminamos 150 metros de cinta, que está bien, estamos llegando al estándar de Latinoamérica. Pero en el mundo hay estos récords mundiales como de 600 y más metros”, explica Polit. En Ecuador es una disciplina en crecimiento, en el grupo de Facebook, existen cerca de 1000 usuarios inscritos.


Argentina, Brasil y Chile tienen ‘slackers’ muy avanzados. Polit asegura que las cualidades de la geografía de Ecuador son “perfectas y únicas”. Lo que más se debe aprovechar es la cercanía a los lugares de práctica.


Los inicios


Es la mezcla de fortaleza física y paz mental. Para los principiantes o interesados en este deporte el concepto básico es la paciencia, según Polit. “Hay que practicar progresivamente las recomendaciones de primero equilibrarte, luego caminar, lugo posturas, luego saltos o distancia”.


“Los riesgos son mínimos”, afirma el ‘slacker’ de 24 años. Se inicia en cintas que no están elevadas a más de 60 centímetros del suelo. No se logra caminar al primer día, lo primordial es el equilibrio. El dolor de las caídas no existen en el highline porque gracias al arnés, si te caes, terminas colgado en el aire.


Las modalidades de ‘slackline’ permiten que la práctica diaria se realice en los parques dentro de al ciudad. La Carolina, el parque Metropolitano Equinoccial y el Bicentenario son ideales para los entrenamientos. (RM)

TOME NOTA
En el grupo de Facebook ‘Los locos de la cinta’ se publican los lugares y la hora para practicar. Es gratis.


EL DATO
El ‘Slackline’ nació como una práctica de los escaladores en el parque Yosemite de California.


$110

puede costar la cinta más pequeña y básica para practicar el ‘slackline’.

Slackline: Desafío a la gravedad y a la mente
TRUCOS. Los saltos y la coordinación son vitales para caer y rebotar sobre la cinta. (Foto cortesía E. Aulestia)

El show sobre la cinta


La segunda modalidad del ‘slackline’ es el ‘trickline’. El objetivo a diferencia del resto de variaciones de este deporte de aventura es que se buscan realizar trucos sobre la cinta.


Se combinan saltos y posturas. Para realizar los trucos más esenciales es necesario tener claros los principios de la caminata sobre la cinta, así como un control del equilibrio. “Estamos gestionando un espacio adecuado. Necesitamos colchonetas porque para aprender trucos nuevos te tienes que caer”, asegura Juan Elías Pólit. (RM)


Mientras más lejos, mejor


El ‘longline’ tiene como meta avanzar caminando lo que más se pueda.


El parque Bicentenario es uno de los lugares favoritos para practicar esta modalidad porque se pueden cubrir grandes distancias con la cinta entre árboles. Para esto se necesita un equipo más costoso debido a la longitud de la cinta. No está claro cuál es el récord mundial de distancia sobre una cinta, pero se estima que está entre 490 a 600 metros. (RM)