Una decisión de envergadura

Estamos a poco de decidir si el país sigue hundiéndose o si al menos tratamos de subirnos a la última balsa que Dios nos pone para detener en alguna medida este descontrol nacional.

El candidato Daniel Noboa, prácticamente desconocido para muchos, fue la evidente sorpresa a nivel nacional en el famoso debate. Pero, ¿cómo se pudo lograr semejante impacto con una sola aparición? ¿Cómo pudo esto pesar más que el aparataje publicitario de todos los otros candidatos?

El trabajo lo hicieron los otros. Él no tuvo que desgastarse ese día. Él ya había hecho su trabajo duro en territorio y dejó que el resto de tiburones se pelearan por la preciada presa en un océano que al final del encuentro, terminó lleno de sangre mientras a él ni le salpicó (Como diría Shakira).

Esto responde a la clásica teoría del Océano Azul, que afirma que la manera de llegar al éxito no es peleando por lo mismo que el resto pelea, sino buscando tu propio océano, el que está azul y no lleno de sangre, eligiendo tus propias batallas y hacerlo solo, en tu territorio, donde nadie más moleste ni intervenga. Esto implica buscar ser la mejor versión de tí mismo basándote en la innovación y no compararte con nadie. Ahí está el secreto, dejar de forzarte a querer ser igual o superior a otro y empezar a trabajar por ser tu mejor ‘yo’.

Paula Pettinelli