Iniciativa presidencial anticorrupción

Con motivo de la celebración del día internacional de la lucha contra la  corrupción, el presidente Lasso ha presentado los Lineamientos Generales de la Política Pública  Anticorrupción, cuyos componentes son : la prevención y riesgos; investigación y detección; sanción y recuperación. Ha señalado también que se buscará crear un Comisión Anticorrupción, con una mayor participación de la sociedad civil.

Estas iniciativas solo pueden tener éxito si existe una verdadera decisión política de luchar sostenidamente contra la corrupción, misma que no se combate con enunciados que quedan simplemente escritos en el papel. La clave de la iniciativa está en la conformación  de la Comisión Anticorrupción  que tiene que tener una característica fundamental, cual es la de ser independiente del régimen de turno; pues, si se conforma con funcionarios , que obviamente buscarán tapar sus desvíos, será una payasada más de las que ya se han practicado en regímenes anteriores.

La Constitución de Montecristi aúpa la corrupción y la impunidad, por la carencia de mecanismos de prevención y represión de la corrupción, y no hacemos nada. Solo  tenemos un mecanismo que es la Fiscalía General del Estado, misma que hoy está desbordada por la cantidad de casos de corrupción pública y privada de los regímenes anteriores. Estamos atados a un solo mecanismo, el penal judicial, cuando en la práctica podemos  generar mecanismos de carácter administrativo, como la Ley de Extinción de Dominio,  que debió concebirse  en base al modelo de Naciones Unidas, pero que la Asamblea  anterior la sometió al ámbito penal judicial, con lo cual nuestra Ley de Extinción de Dominio es un simple saludo a la corrupción. Si se quiere llevar adelante una verdadera lucha contra la corrupción, hay que rehacer esta ley en base al esquema de Naciones Unidas. Además, hay que establecer el principio de la prisión por deudas de la corrupción y la imprescriptibilidad del derecho del Estado a perseguir y recuperar los bienes y valores producto de la corrupción.

Mauro Terán Cevallos