Quiero hacer notoria mi tristeza por la partida de Carondelet del presidente y extenderle mis disculpas por no haber sido un mejor pueblo para él en estos 4 años de progreso. Las místicas habilidades de Lenín Boltaire nos enseñaron que cada joven o viejecito lleva consigo átomos de Einstein o de Hitler, y que ninguna emergencia nacional puede detener el cafecito de media tarde. Su capacidad de oratoria nos hizo entender que no había el texto cuando un vil correista no puso deliberadamente el teleprompter. Aprendimos que con una repartidita hospitalaria por aquí y por allá se puede gobernar con el 5% de respaldo popular. ¿Qué hubiese sido de nosotros sin la poderosa mesita anticovid en Tababela al inicio pandemia? Todos ustedes, críticos, seguramente borregos correistas, ¿se han puesto a pensar en qué haríamos sin la Misión ternurita? ¿¡Qué sería de nosotros, pueblo ingrato, sin el glamour de nuestra primera dama!? Gracias Dios por Richard Martínez que puntualito adelantaba las cuotas al FMI en pandemia; gracias por nuestro carismático torero JS Roldán. ¿Qué hacer sin nuestros paladines de la justicia 10/20 y Celi, nuestros ministros favoritos Jarrín y Zeballos? ¿Qué haríamos sin los honorables 4 vicepresidentes? Mención especial para la honorabilísima Asamblea Nacional. Sobre todo, estaríamos perdidos sin nuestra madre Teresa octubrina María Paula Romo. ¡Tremendo equipo! La crema y nata de la sociedad ecuatoriana reunida cuánticamente, mejor que los Avengers. Obras emblemáticas como las utilidades de la banca, las fundas para cadáveres y el tren playero me hacen decir gracias por tanto y perdón por tan poco; héroe de la pandemia, señor de los memes, #laculpaesdeCorrea, Carondelet el rincón del vago, «para que los niños puedan hacer el amor», «odio a los que votaron por mi»: Lenín Moreno Garcés.
Fausto Xavier Zambrano Rodríguez