Deuda presidencial

La destitución de la señora Guadalupe Llori es un atropello a todos los principios éticos y legales que deberían respaldar los procedimientos del poder Legislativo, a más de ser una clara demostración de traición a la confianza conferida por el conglomerado ecuatoriano. Marca el inicio de otros actos que se anuncian públicamente y que complementarían la hoja de ruta impuesta por los politiqueros para acabar con el gobierno actual, y tomarse los poderes del Estado.

Si bien la democracia ha sido concebida y adoptada por los países civilizados para hacer viable la gobernabilidad de sus estados, en nuestro desolado país se abusa de esta forma de gobierno: utilizando la mayoría parlamentaria para favorecer la vigencia de la corrupción y la impunidad, dentro y fuera de ese recinto, y no para la fiscalización, elaboración de leyes y revisión y aprobación de las que propone el poder Ejecutivo, que son de vital importancia para el desarrollo y bienestar de la nación.

Leonardo Cueva Piedra