Símbolo de unión en Navidad

Símbolo de unión en Navidad
Símbolo de unión en Navidad

Los árboles con luces que adornan las ventanas de las casas, el musgo y las figurillas que están a la venta en algunas esquinas de la ciudad, son el símbolo de que la Navidad ha llegado.

El Niño Dios va ha nacer y las tradiciones que recuerdan este milagroso suceso llenan de alegría al espíritu de la gente.

Hoy estoy aquí en mi humilde posada junto con mis hijos, si, con mis niños, los que verdaderamente sienten y disfrutan de estas fiestas divinas. Mientras armamos aquel árbol que lo desempolvamos cada Navidad, la ilusión aflora en los pequeñines cuando me pasan esos adornos que le van dando vida a este ser inerte. “Papi tome las luces y póngalas alrededor, aquí están los bombillos, ¡ah¡ también quedan bien las guirnaldas” me dicen. La alegría me invade como cuando yo era un chiquitín.

Las horas han pasado y por fin hemos terminado de arreglar nuestro árbol. Al contemplarlo, Esteban, el segundo de mis hijos, me hace una pregunta: “Papi ¿por qué en todas las Navidades colocamos un árbol adornado, qué significado tiene éste?

Elemento evangelizador

Hay varias leyendas germánicas en que se fundamenta la práctica de introducir en las casas el Árbol de Navidad, convirtiéndolo en el eje en torno al que giran estas fiestas. La más antigua se remonta al siglo VIII y está relacionada con San Bonifacio, quien supuestamente al darse cuenta de los sacrificios humanos que practicaban los nativos en el roble dedicado a Odín, decidió usar un abeto para evangelizarlos a través de él. Aprovechando su forma triangular, logró transmitirles el concepto de la santísima trinidad (Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo).

También consiguió que los nativos se convirtieran a la religión cristiana y que empezaran a venerar al abeto como el Árbol de Dios, así como antes veneraron al roble de Odín.

Árbol de vida

En muchas religiones el árbol de Navidad es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad.

También tiene varios significados religiosos. Ha sido utilizado como símbolo de la unión del Cielo y la Tierra, nos recuerda la redención y se asocia con el Árbol de la Vida, que lucía en medio del jardín del edén. Las esferas simbolizan los frutos del Árbol vivo que es Jesús y sus decoraciones nos recuerdan las gracias que el hombre tenía cuando vivía en el paraíso en completa amistad. Las luces que se encienden y se apagan representan la luz y el amor de Cristo. Y la estrella que se coloca en la punta del árbol, representa la estrella de Belén que anuncia la redención de la humanidad.

Naturales y artificiales

Debido a la tala de árboles, se empezaron a inventar los árboles de Navidad artificiales. Comenzaron a ser importados de Alemania a América alrededor de 1880. Fueron seguidos por patentes de luz eléctrica y ganchos de metal para colgar las decoraciones.

Estos primeros árboles eran pequeños, pero a finales del siglo XIX, comenzaron a fabricarse árboles cada vez más grandes. Esto marcó un hito en la sociedad, convirtiéndose en un símbolo de estatus: mientras más grande, más opulenta era la familia. Y con respecto a los adornos ¡ni se diga! Fue la época en la que se sobrecargaban los árboles con todo tipo de decoraciones.

A mediados de los sesentas, las ideas modernistas acapararon el mercado de los árboles de navidad y empezaron a crearse los árboles de aluminio plateado.
Pero para los setentas se recobró el gusto por los árboles naturales.

EN COMPETENCIA

Ahora, en pleno 2006, los materiales, tamaños y formas de los árboles son muy variados. Los fabricantes compiten por hacer adornos cada vez más llamativos y las tiendas llenan sus anaqueles con esferas, muñecos, ángeles, Papás Noeles que ríen y bailan; luces de colores con o sin música y toda una industria que crece día a día en torno a la Navidad.