El futuro es ahora

Hay que hablar de frente: no solo interesa que al gobierno de Lasso le vaya bien, que es al Ecuador, sino que deje un camino positivo a la democracia, al desarrollo económico, a las libertades. Que cierre el camino al autoritarismo de cualquier ideología, al populismo pseudo marxista. América Latina es la región más pobre, desunida, conflictiva, de Occidente. En parte es porque se ha considerado que la función principal del gobierno es distribuir riqueza para lograr una sociedad más justa y equitativa. Pero nadie se pregunta o se oculta que tal riqueza no hay. De ahí surgen los mesías populistas, los izquierdistas radicales.

Este divorcio entre Estado y sociedad explica la existencia de golpistas, de Maduro, de Castro, de Ortega, etc. y el foco de desorden en otros países como Chile, que reclaman una sociedad igualitaria, educación y salud gratuitas, empleo debidamente remunerado. Se confunde aspiraciones con ilusiones. Todos quieren seguridad jurídica pero se oponen a leyes tributarias, laborales, de apertura  a la economía mundial.

Hace 90 años el economista Frederich Hayek publicó Camino de servidumbre, un retrato de lo que sucedería cuando gobernasen organizaciones sociales con economía planificada, tanto comunistas como fascistas o nazistas, y  variantes socialistas. Variantes que hoy en América Latina vivimos: la “carnívora” (Venezuela, Cuba… ),  una “vegetariana”  (Chile) y otras que marchan hacia la “carnívora”: Argentina, México, Brasil, que  podrían terminar en  un fascismo redivivo. Hayek,  “Poco antes de morir vio enterrar a la Unión Soviética bajo el peso de los inmensos errores y crímenes de los comisarios y planificadores” (El regreso del idiota, de A. Mendoza, C. Montaner y A. Vargas Llosa, 2007).

Es un aviso al Ecuador. Su futuro es hoy. “Comprender demasiado tarde es igual a no comprender” (Jean Revel). No hay que encerrarnos en nuestras fronteras ni abrir espacio a la empresa privada. No hacernos daño a nosotros mismos es obligación de todos los ecuatorianos. Un clamor a indígenas, sindicalistas, organizaciones sociales, a los empresarios de buena conciencia.