Los funerales de Rafael Correa

Ricardo Guamán Araujo

Pocas personas tienen en vida el honor de ver sus funerales, algunos para su suerte, en grandes homenajes, reconocimientos a una vida bien vivida, por sus aportes en las diferentes áreas del saber, la política, la cultura, el periodismo, la medicina; de ser grandes caballeros, grandes mujeres con alfombra roja en el lugar más representativo de su ciudad de origen.

Pero hay otros que sus funerales en vida son un entierro moral, ser olvidados, vilipendiados, señalados como la peor escoria por ser oportunistas y ‘odiadores’.

Este domingo que se avecina, día general de elecciones, con todos lo bemoles de estas votaciones, con todos sus peros, de encontrarnos entre la espada y la pared. Por una parte, darle todas las facultades con la consulta y referéndum a una persona que con cierto grado de razón se mantiene en su filosofía y que al pueblo le ha dado un desahogo momentáneo, temporal, que no se ve siquiera que pretenda renunciar para dar el poder a su legítimo dueño. Este sí está dejando una verdadera mesa servida a estos lobos que han estruchado la patria siempre que se han acercado a melar, no vaya a ser que luego estos lobos presintiendo y oliendo el tufo de borrego que a un le queda, se lo coman.

Por otro lado salvarse y mandarlo al olvido al utópico más grande que ha parido este país, violador de las Constitución a placer y que lo hacía de manera ya sínica y sinvergüenzamente con todos sus partidarios, que dejó al pueblo con hambre, con todos sus saqueos que todavía no se entera o no quiere enterarse; es muy bueno y saludable. ‘Odiador’ puro, que dividió al país, a las personas. Individuos que se aprovecharon de este ser para hacerse ricos, ahora están con el ‘presi’ en funciones los partidarios del inefable, por dinero por oportunismo. Este domingo iremos a su funeral.

Mientras tanto, luego de esto, debemos prepararnos y estar atentos, muchos comentan que desde el cinco de febrero no dejarán ni rastro de esa gente de la década “ganada” pero a cuidar que no vuelvan los de antes. Lastimosamente el hambre vence a más de uno. (O)

@EMDLS