Alausí

Pablo Escandón Montenegro

Fue y es un desastre avisado, que se sabía que ocurriría, que se tenía como inminente. Pero nadie hizo caso, nadie actuó, nadie gestionó: ni el Municipio, ni la Prefectura, ni el gobierno nacional. Tampoco la ciudadanía, que ahora, con indignación y rabia reclaman.

¿Qué hizo el Municipio de Alausí? ¿Por qué permitió que se siguiera construyendo en ese sector? ¿Por qué, a pesar de las indicaciones de peligro de inestabilidad del terreno, se siguen otorgando permisos de construcción y se promueve la habitabilidad y el uso del suelo tiene carácter de urbanístico?

Este es un tema que en la comisión de debates electorales se les preguntó a los candidatos, y no supieron contestar, porque todos están a merced de las ansias económicas de los urbanizadores y constructores, quienes hacen todo a medias, pero cobran completo. Allí hace falta una contraloría y veeduría como si fuera Fiscalía, en donde no pase nada con dinero, ni con favores políticos.

¿Qué hizo el gobierno y la gestión de riesgos? Si conocían desde hace varios días, semanas y meses de la inminente situación y posibilidad de deslizamiento, debieron tomar acciones radicales: reubicar a la población para salvaguardar sus vidas.

¿Qué hizo la Prefectura del Chimborazo? Lo mismo que las dos anteriores instancias de gobierno: contar con datos, pero no actuar ni gestionar nada.

El trabajo compartido de los niveles de gobierno no es aislado, es complementario. Aquí podemos apreciar la negligencia de todos estos espacios de administración de lo público, en donde muestran su ineptitud, su negligencia y su apatía.

¿Es justo que la población de Alausí haya explotado de esa manera frente a la visita del presidente Lasso? Sí y no. No, porque debió reclamar con acciones urgentes. Sí, porque su gestión de la urgencia fue nefasta: primero anunció que no viajaba, luego que hizo lo imposible por llegar y posteriormente hablar de oportunidades a futuro…

Pero y ¿dónde están el alcalde de Alausí y el prefecto de Chimborazo? Ellos también tienen que ver con la inoperancia, la indulgencia y la ineptitud de haber contado con información y no haber hecho nada.

Los datos por sí solos no salvan vidas ni solucionan nada. Si no se toman acciones el dato es un mero informe que se archiva y muestra la negligencia de todas las autoridades, que no reaccionan ni gestionan el futuro.

Solidaridad con los hermanos de Alausí.