Administrar con éxito

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

Si alguien dice “esperemos que las cosas salgan bien”, deberían sonar las alarmas. Si un paciente asiste a la consulta médica y su diagnóstico no es suficientemente claro, debe recurrir al especialista puesto que ni los exámenes médicos ni la medicina podrán curar la enfermedad; por tanto, el tratamiento será infructuoso y las cosas pueden empeorar hasta terminar en el quirófano o en problemas mayores.

Si una empresa contrata asesores, vendedores y expertos en el mercado para analizar su producción y poder competir, pero el departamento de ventas no visualiza que la marca no está claramente posicionada, las ventas caerán peligrosamente, a menos que intervenga un experto que trace el camino correcto e impida llegar al fracaso.

Si quien aspira a dirigir el país no tiene un equipo de gente especializada en el campo de la economía, el agro, la industria, la salud, la educación, la sociedad y más áreas de la administración pública, no tendrá la menor idea de cómo administrarlo. Repetirá los mismos errores del pasado, pedirá a la ciudadanía “apretarse los cinturones”, prometerá mejorar la situación económica en el menor tiempo posible hasta depurar las fastuosas figuras del pasado con la muletilla de que “el populismo no volverá”, se profundizará la crisis, habrán conflictos sociales por las barbaridades cometidas en los últimos 14 años y la mentira será su única defensa.

Si las alarmas se encienden y alguien dice “las cosas en lugar de mejorar se agravan”, es porque en realidad un cambio tiene consecuencias, y a veces son peligrosas; por lo tanto, se debe tener mucho conocimiento para reiniciar las actividades, empezando por solucionar los problemas económicos y sus derivaciones.

Reorganizar un país, empresa o institución lleva su tiempo, pero hay que hacerlo con solvencia; para eso son los planes y programas de trabajo, claros, precisos y realizables. Un equipo de trabajo debe estar integrado con personas que sepan administrar y corrijan los errores antes de que los problemas se agraven y todos sufran las consecuencias. Hay que saber trazar el camino con sensatez, motivación y profunda responsabilidad sobre nuestras decisiones.