Un 21 de enero

Iván Paredes

Y, no queremos hablar del Día del Abrazo que tiene su celebración el 21 de enero, que también puede ser importante para muchas personas; sino, de aquel episodio socio – político que marco la historia del Ecuador y, que hasta el día de hoy sentimos las secuelas que no pueden ser borradas de la memoria social producto de una política inconsciente y de politiqueros aprovechadores que han gobernados al país sin la mínima empatía, sino con el deseo de servirse al más puro descaro de un pirata saqueador de navíos.

Aquel 21 de enero del año 2000, que ha sido analizado por varios expertos en la materia, nunca tendrán la respuesta del por qué el Ecuador tuvo que vivir un episodio tan inverosímil que se ha tratado de ocultar a las generaciones posteriores y se esfuerza en olvidar un pasado que está presente en la mente de los ecuatorianos. Ese día estuvo constituido por varios episodios. Por una parte, el levantamiento y movilización indígena que, más allá de ello, fue una fuerza de choque plenamente planificada por grupos sociales y movimientos políticos, cuyo único objetivo era el derrocamiento del entonces Presidente de la República. En este episodio se generan varios actos trascendentales: el público, generado por el golpe militar; el popular, organizado por el sector indígena; el escandalo comunicacional, convirtiendo en sensacionalista los hechos causados y que fue visto en vivo y en directo a nivel nacional e internacional; el político, preparado tras cortinas por dirigentes y políticos que buscaban el poder. Ese mismo día, en Guayaquil preparaban una consulta para legitimar la autonomía de su provincia.

Esa falta de pensamiento ideológico, derivo en la creación de una “Junta de Salvación Nacional”, compuesta por un indígena, un militar y el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, que luego, no tuvieron la valentía de asumir la Presidencia, dándose los acontecimientos escritos en la historia.