Falsos dirigentes

Iván Paredes

Cada vez el país se despedaza por aquellos que llegan a ocupar cargos dirigenciales sin saber siquiera las elementales definiciones necesarias para asumir delicadas funciones, y como es de imaginarse, son puestos por el vasallo que les ordena qué deben hacer y a quién candidatizar para unas próximas elecciones.

Esto ha sucedido en un respetable e histórico movimiento político con estructura a nivel nacional, en donde el grupo más astuto y vivaracho usando la picardía y malicia en complicidad de quienes se venden por el “puestito” o por el temor de pasarse al lado de la verdad para no ser señalados o amenazados, favorecen a quien no tiene las cualidades para representarlos, incumpliendo los requisitos de su mismo reglamento interno; todo esto, en complicidad con altos dirigentes que permiten el manejo de espacios a conveniencia del jefe de dicho sector, a pesar de ser los primeros en juzgar el colonialismo y su forma de opresión, pero dentro de su organización vemos que es todo lo contrario. “El opresor, no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”, decía Simone de Beauvoir.

Lamentablemente, de estos actos hay que escoger a politiqueros que llegan a ocupar funciones públicas y son representantes del país, sin tener la menor noción de la realidad, es decir, le dejan al pobre ciudadano para que decida entre la peor calaña. Autoridad en democracia. Qué triste que paguen justos por pecadores.

Para colmo de males, la Ley es atropellada con el mayor descaro, dejando en la impotencia a la verdad y justicia, pero ‘lo que mal empieza, mal termina” y, podrán ocupar altos cargos, pero nunca tendrán el respeto que es el resultado de los antivalores, llevando consigo la perversidad, el egoísmo y maldad, propio de aquellos seres sin principios sociales y familiares.