Un mercadillo llamado Ambato

Juan Francisco Mora

Mientras los puestos formales dentro de plazas y mercados son abandonados por falta de ventas, en las calles y parques se van consolidando mercadillos autorizados y fomentados por las mismas instituciones encargadas de controlar que eso no ocurra.

Uno de los pocos espacios urbanos reservados para el descanso familiar y la apreciación estética de la naturaleza ya está invadido por puestos de ventas. El Parque de las Flores, que en otro momento fue un verdadero “oasis” en medio de la selva de cemento, hoy va en camino a ser otro mercadillo.

Grupos de carpas con el sello de la propia Municipalidad de Ambato empezaron a deformar el concepto con el que fue concebido el parque. Por supuesto, una vez que los funcionarios que administran el espacio público autorizan ese mal uso, inmediatamente se produce una “avalancha” de vendedores informales que deterioran la experiencia de visitar ese hermoso lugar.

¿Es tan difícil comprender que no todos los espacios públicos de la ciudad sirven para comprar y vender?

Igualmente ocurre con el área de ingreso a la Biblioteca de la ciudad y la Provincia, un espacio público pensado para el encuentro y el descanso, desde hace un tiempo también está convertido en otro mercadillo que desdibuja la estética de la ciudad. Ese espacio es parte integral del conjunto histórico de la Casa del Portal, no una plaza para comerciar.

Y si estas áreas nos preocupan, estresa al máximo ver como la falta de control ha convertido a las veredas de la ciudad en un mercadillo sin fin. Caminar por Ambato significa que el peatón debe bajarse de la vereda porque las ventas las invadieron. Pescaderías, fruterías, carnicerías, verdulerías, maniquíes con exhibición de ropa, talleres mecánicos, electrodomésticos, comida y una infinidad de puestos de ventas desfiguran el orden y la estética de la ciudad.

Ordenanzas no faltan, control sí. Funcionarios existen, pero parecería que no ejercen su rol. Y ante la ausencia de autoridad, el abuso y los excesos están transformando a la ciudad en un solo mercadillo.