3.000 estudiantes no regresaron a las aulas

Regreso. Desde el 7 de febrero de 2022 se retomaron las clases presenciales en todos los niveles educativos del Ecuador.
Regreso. Desde el 7 de febrero de 2022 se retomaron las clases presenciales en todos los niveles educativos del Ecuador.

En Imbabura y Carchi el porcentaje de deserción estudiantil, por la pandemia de COVID-19, bordea el 2%.

Redacción IMBABURA

Hace dos meses la educación ecuatoriana retomó masivamente las clases presenciales, tras la suspensión por la pandemia de COVID-19.

Desde el 7 de febrero de 2022, las escuelas y colegios volvieron a acoger a los estudiantes, sin embargo, no todos volvieron y, por diversas razones, abandonaron el sistema educativo.

En las provincias de Imbabura y Carchi, el promedio de alumnos que dejó sus estudios bordea el 2%. Eso significa que  3.000 estudiantes, tanto de los niveles primarios como secundarios no retornaron a las aulas.

Imbabura

Según las estadísticas que maneja el Ministerio de Educación, en el periodo escolar pasado, solo en Imbabura el promedio de deserción escolar fue de 2.300 menores de edad, con el mayor porcentaje (40%) en el cantón Otavalo, seguido de Ibarra.

Cristina Mejía, docente de una unidad educativa de la provincia, mencionó que la mayoría de casos que registró entre sus alumnos se debió a que las familias migraron a otras zonas, precisamente por la pandemia.

La educadora aclaró que también hay otras situaciones por las que los menores no acuden a las aulas. Explicó que los problemas socioeconómicos de las familias también es un factor que influye en esta problemática. En estos casos, según dijo, se intenta dar un seguimiento minucioso y ofrecer otro tipo de alternativas para que los chicos no dejen por completo las clases. “La pandemia, sin duda, agravó la situación de muchas personas cabezas de hogar, desencadenando en complicaciones para los niños de ir a clases”, acotó.

La mayoría en Tulcán

En Tulcán, capital provincial de Carchi, la deserción escolar alcanzó el 60%, en lo que se refiere al último año lectivo. En esta provincia, serían 800 estudiantes los que abandonaron sus estudios.

Sin embargo, se advirtió que, al igual que ocurría durante la pandemia, cuando las clases eran virtuales, si un alumno deja de ir a clases, el tutor del paralelo o funcionarios de la institución educativa tienen la obligación de contactarse con los representantes, para dar un seguimiento al caso y conocer las causa de la inasistencia, para brindar el apoyo necesario.

Primeras semanas fueron de diagnóstico

Desde la planta docente de las instituciones educativas de Imbabura y Carchi, la mayoría coincide en que las primeras semanas de clases presenciales se basaron en diagnosticar los conocimientos de los estudiantes. Con eso se evidenció que las clases virtuales dejaron retrasos académicos que tomarán mucho tiempo recuperar.

Desde la Unidad Educativa 17 de Julio, que alberga a 1.800 alumnos, explicaron que se tomaron pruebas diagnósticas para valorar la realidad en la que está cada estudiante, considerando que la situación fue diferente para unos alumnos bajo la modalidad virtual y otros que usaron, en su momento, fichas pedagógicas, por la falta de acceso a la tecnología.