La sostenibilidad se refiere, a la satisfacción de las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y bienestar social.
Este es el gran desafío que enfrenta el mundo en la actualidad, las ciudades han puesto en evidencia problemas como: patrones de consumo y producción elevados, generación de desechos y contaminación, altas emisiones de gases invernadero, entre otros. Sin embargo, las ciudades también son el escenario para crear nuevas posibilidades, ideas, patrones de consumo, de productividad, de desarrollo social y de producción de conocimiento que apunten a la sostenibilidad.
Para garantizar un marco común de acciones, en 2016, Ecuador fue sede de la tercera Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible Hábitat III, en la que se aprobó la Nueva Agenda Urbana, que establece un nuevo modelo para las ciudades y se propone mirar la problemática desde todas sus aristas.
Como avance de los compromisos de dicho encuentro, nuestro país elaboró en 2020 la Agenda de Hábitat Sostenible 2036, que constituye una carta de orientación para la elaboración de los planes de desarrollo y ordenamiento territorial, principales instrumentos para guiar el desarrollo sostenible en las ciudades.
Esta agenda plantea el ejercicio del derecho a la ciudad como el nuevo paradigma en la forma de entender el desarrollo urbano y se basa en tres principios fundamentales: igualdad y justicia social, participación democrática en la planificación y gestión de las ciudades, y redistribución justa de las cargas y beneficios generados por el desarrollo urbano.
Próximos al proceso de elecciones de nuevas autoridades locales, es importante que los candidatos puedan recoger en sus propuestas de gobierno las directrices de estos instrumentos que recogen los grandes acuerdos pensados desde lo global, y que deben implementarse desde lo local.