La ONU respalda a enviado especial en Libia mientras se prepara su reemplazo

Naciones Unidas, EFE

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reafirmó hoy su apoyo a la labor que está haciendo en Libia su enviado especial, el español Bernardino León, cuya sustitución está preparando la organización.

León, según dijo hoy Ban a través de su portavoz, continúa «totalmente comprometido» para facilitar el diálogo político en Libia.

«El secretario general aprovecha esta oportunidad para reiterar su total confianza en los esfuerzos del señor León, que tienen como fin ayudar a los libios a concluir el proceso de diálogo político y formar un Gobierno de unidad nacional tan pronto como sea posible»,
señaló la oficina de su portavoz en un comunicado.

Ban además subrayó que «la continuidad será primordial en cualquier transición en el liderazgo» de la misión de la ONU en Libia, que actualmente dirige León. Por ahora, la ONU no ha confirmado oficialmente el próximo reemplazo de León, pero según fuentes diplomáticas ya hay acuerdo para que le sustituya el alemán Martin Kobler, aunque no ha
trascendido ninguna fecha concreta para el cambio.

Kobler, un veterano con amplia experiencia en Naciones Unidas, fue hasta este mes representante especial de la organización para la República Democrática del Congo (RDC).

Su nombre sonaba ya con fuerza desde hace meses como sucesor del diplomático español, que fue nombrado en agosto del año pasado. Tras largas negociaciones, León propuso este mes un Gobierno de unidad nacional con el que cerrar la brecha política abierta tras las elecciones de hace un año.

Sin embargo, ese Ejecutivo ha sido rechazado por los dos parlamentos que operan en el país, el de Tobruk, que reconoce la comunidad internacional, y su rival de Trípoli.
El rechazo ha dejado a Libia sin un gobierno legítimo, ya que el mandato del Ejecutivo de Tobruk, el reconocido internacionalmente, expiró oficialmente el pasado 20 de octubre.

Según reveló esta semana un diputado de la cámara de Trípoli, los dos parlamentos están manteniendo contactos directos para tratar de establecer un diálogo de paz al margen de la comunidad internacional.

Libia es un Estado fallido, víctima de la guerra civil y el caos, desde que en 2011 la comunidad internacional apoyara militarmente el alzamiento rebelde contra la dictadura de Muamar el Gadafi.

Desde las últimas elecciones, el poder estaba dividido entre Tobruk y Trípoli, gobiernos a los que apoyan distintos grupos islamistas, señores de la guerra, líderes tribales y contrabandistas de armas, petróleo, personas y drogas.

Del enfrentamiento se aprovechan grupos yihadistas vinculados a la organización Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y el autoproclamado Estado Islámico (EI), que han ganado terreno y extendido su influencia al resto del norte de África.