Tungurahua, siempre productivo

Cervecería Tungurahua fue de las primeras a nivel nacional.
Legado. Cervecería Tungurahua fue de las primeras a nivel nacional.

Ambato tiene una larga tradición de comercio e industria, sin embargo, no existen muchos documentos que hablen sobre estos temas desde el punto de vista histórico, en bibliotecas son pocos los libros que abordan sobre  las particularidades que rodean a la producción en la provincia.

La Provincia de Tungurahua en 1928, es una de las publicaciones que brinda datos importantes sobre el comercio y la industria de aquella época, aquí se dedica un capítulo completo al comercio, banca e industria, brindando datos importantes para la historia.

En esta publicación se nombra al pan y a la zapatería como las actividades predominantes en la ciudad, además, se enumeran a las nuevas industrias que se encuentran en crecimiento.

“A las industrias citadas que han recibido mayor impulso, aún en los último años hay que añadir: la de tejidos de lana y algodón, la industria vinícola, hoy en pleno desarrollo, la cerámica, la talabartería artística, la de frutas conservadas, la bombonería en gran escala, la de confección de ropas para la exportación y la editorial”, se cita en este libro.

Esta descripción muestra la perspectiva de la industria en la provincia y lo que se denominaba como los nuevos campos de producción, a más del pan y la zapatería que desde el inició de Ambato tuvo gran reconocimiento a nivel nacional.

Estas industrias no eran consideradas como las grandes en la época, pues en este mismo texto se aclara que la provincia era conocida por su gran producción agrícola.

La Provincia de Tungurahua en 1928, nombra entre las principales actividades industriales y comerciales las siguientes.

Tejidos

Fábricas de tejidos y lanas, que en conjunto representaban 5 millones de sucres, siendo la principal para esa época la Industrial Algodonera, que con sus productos abastecía al mercado nacional y exportaba para Colombia.

El Peral era otra de las fábricas que funcionaba en el área textil, sus instalaciones se encuentran aún a orillas del río Ambato y era de propiedad del millonario ecuatoriano Jacinto Jijón y Caamaño.

Refinerías y haciendas vinícolas

Dentro de esta categoría se nombra a las principales haciendas encargadas de producir vino, entre estas constan: Hacienda San Antonio – Quillán, del señor Celestino Carbonell; Tunga de la señora Irene Muñoz; Pitula de los hermanos Álvarez; El Carmen de Amador Cuesta e hijos; San Javier de Samaniego hermanos; Guadalupe de la familia Gangotena Mortensen; La Excelsior de R. Gonzalo Flores.

Cerámica

Los hermanos Martínez formaron una empresa de cerámica y abrieron nuevas posibilidades en este campo, en este libro se nombra también a Anacarsis Martínez que aportó con varios estudios y producción en el área.

Aquí también se nombra a los señores Howit Hnos. que establecieron una fábrica de objetos artísticos como floreros, jarrones, tazas, juguetes, platos y utensilios para el hogar.

Confiterías y bombonerías

En 1928 se hablaba de la fábrica El Cóndor como parte de la industria destacada de la ciudad. “Es una de las mayores de Ecuador, sus galletas, chocolates y exquisitas confituras han alcanzado enorme prestigio en mercados extranjeros, principalmente en Perú y Colombia”, cita el texto.

Panaderías

El famoso pan de Ambato con varios siglos de tradición forma parte de este libro, aquí se habla de las panaderías: La Rival de José Domingo Chico; La Viteri de Don Eufrasio Viteri; La Americana del señor Chas de Howit, entre otras.

Fábrica de calzado

La historia más conocida sobre zapatería de la ciudad es sobre las botas sin costuras hechas por Juan Cajas para Simón Bolívar, quien luego las obsequió al Rey Jorge IV, esta leyenda ha sido parte de la motivación de trabajo desde 1800.

Entre las principales zapaterías de 1928 se enumeran: la de Adriano Mantilla, Juan Castro, Juan M. Jaramillo, Antonio Ortiz Mera, Segundo Villacís, mientras que los más famosos talabarteros fueron: Pedro Mangui, Escobar Cruz Hnos., Miguel A. Albuja.

Casas fabricantes de harinas

Para la creación de molinos se aprovechó el caudal del río Ambato y las caídas que se pudieron provocar, entre los principales de la época estaban: el de Miraflores fundado en 1881 con una capacidad diaria de 150 quintales y los de Tilulum establecidos en el 1912 con una capacidad diaria de 200 quintales.

Suelas y cueros preparados

La industria de la curtiembre se ubicó en Ambato desde la fundación de la ciudad, aquí no se nombran a empresas, pues esta actividad era realizada por varias personas agrupadas en barrios o familias, la comercialización se la hacía de forma directa e incluso se exportaba hacia Colombia.

Tejidos de cabuya, sacos y cables

Esta también fue una de las actividades realizada por personas en comunidades y familias, el libro atribuye la producción  de artículos con este material a indígenas de las zonas de Pichaihua, Pelileo, las orillas del río Pachanlica y Píllaro.

Hoteles y teatros

Aquí figura el nombre de Leonidas Viteri como el fundador de un teatro y hotel de acuerdo a los estándares de la época. En esos años los mejores hoteles fueron: El Europa, El Francés, La Casa Blanca y el Vivero en Ambato; El Oriental y el Tungurahua en Pelileo, y el Oriente en Baños.

El Teatro Viteri era considerado como uno de los mejores teatros de la región por sus decorados artísticos y distribución.

Frutas conservadas

Se consideraba a esta como la industria de varias familias ambateñas. Durazno, albaricoques, manzanas, uvas, frutillas y la gran variedad de frutas que se daban en los alrededores de la ciudad formaban parte de la oferta, incluso se creía que las conservas elaboradas aquí desplazarían a las importadas.

Aquí se nombra a un señor de apellido Bahamonde, propietario de la hacienda La Palmera cerca de Baños, quien llegó a un acuerdo con el gobierno para la exportación de jugo de naranjilla.

 

Fábricas e historia

Otro de los textos que habla sobre la provincia y su actividad comercial e industrial son los libros sobre la historia de Tungurahua del profesor y cronista de Ambato Gerardo Nicola López, quien asegura en sus escritos que nunca se llegó a alcanzar el calificativo de potencia durante la colonia, pues los españoles buscaron adueñarse de la mayor cantidad de tierras posibles, debido a que esto les daba grandeza y linaje.

“Los españoles que se adueñaron de las tierras para el trabajo contaban con la mano de obra de los indígenas a quienes explotaba miserablemente”, escribió Nicola.

Para finales de 1800 las fábricas comenzaron a aparecer en la ciudad y empresas como El Peral iniciaron sus operaciones, posterior a esto nació la Industrial Algodonera, cuyos ex empleados iniciaron con la instalación de nuevas fábricas como La Sirena, que realizaba tejidos de punto de propiedad del señor Ortiz y Compañía. La Fábrica de Hilados de Nicolas Marinovich, las de medias de Alberto Núñez y Carlos Reinoso, entre otras.

Otra de las fábricas que fue parte de la historia de Ambato y que tenía su sede cerca de la plaza Urbina fue La Europea de propiedad del judío José Reinsburg, esta fábrica pasó a manos de un señor llamado Buco-Bassano quien decidió llevar la fábrica hacia Quito después del terremoto de 1949.

Pequeñas empresas

Nicola nombra algunas pequeñas fábricas que se dedicaron a la producción de prendas de punto y ropa, entre ellas se encuentran: Fabi-fac, de Carlos A. Vivero que se encontraba en la avenida Cevallos, Hilandería Miraflores, Industria Hilados de Lana, Textil Primavera, fábrica de alfombras Newmister, entre otras, que fueron desapareciendo o cambiando de actividad debido a la competencia que venía desde afuera.

Personaje de la industria

Domingo Romano llegó hasta la ciudad proveniente de Italia, es uno de los nombres más sonados dentro de la historia industrial y comercial de Ambato, pues era un visionario que inició con venta ambulantes de telas hasta llegar a establecer la fábrica La Elegancia, donde se elaboraban prendas de vestir para hombres y mujeres.

Él junto con sus obreros fundó una sociedad llamada Mutuo Socorro, que servía para prestar apoyo a los trabajadores en diferentes circunstancias, de aquí que también se derivó la instalación de una escuela nocturna para obreros, luego esta brindó cursos de contabilidad, pero los planes fueron más allá y organizó una pequeña compañía de teatro en la que intervenían los obreros de su fábrica de camisas. Como dato interesante de esta iniciativa se tiene que Ernesto Albán participó en algunas obras cuando era niño.

A Romano también se lo reconoce como el principal mentalizador para la construcción de la carretera Ambato – Pelileo, además, de ser uno de los fundadores de la Cámara de Comercio.

Industria cervecera

La primera cervecería fue fundada en 1888 por el médico imbabureño José María Troya en Miraflores, en el lugar donde antes se ubicaba la Villa Hilda, con el tiempo solicitó al Municipio la autorización para trasladar la planta a un lugar más adecuado y utilizar las aguas de acequias cercanas para el funcionamiento de un molino, solicitud que fue retirada, para luego vender la fábrica a su sobrino Alfonso Troya Correa.

Alfonso Troya llevó la cervecería hasta su nueva planta en la calle Francisco Flor, hasta donde trajo maquinaria de punta para esa época y contrató maestros cerveceros alemanes, lo que impulsó la producción y la hizo crecer.

En sus inicios la botella de la Cerveza Tungurahua costaba 10 centavos, para 1925 el precio subió a 35 centavos, con el tiempo el precio se elevaba más llegando a costar 80 centavos. Lamentablemente la fábrica cerró en 1946 luego de un incendio que afectó a la mitad de la planta.

Las gaseosas

La industria de las gaseosas también tuvo su apogeo en los inicios del siglo pasado, dentro de la historia de este campo se tiene al nombre de doña Clementina Peñaherrera de Clavijo como una de las pioneras, ella tenía su fábrica en la calle Montalvo entre 12 de Noviembre y Olmedo.

Aquí se producía la Granadina de bola, que era agua con saborizantes, colorantes y gas compuesto de ácido carbónico. En la botella había una bola que con la presión del gas subía hasta el cuello de la botella, en donde había una rodela de caucho que aprisionaba a la bola sellando herméticamente la botella.

También existieron otras marcas como la Ondina del Guayas, de propiedad de Alejandrina López. La Pop, de Telmo Hervas; en Pelileo estaba la fábrica de la gaseosa La Estrella de Augusto Fabara.

La tecnificación a esta área industrial llegó con los hermanos Troya en 1949 cuando Jaime y Galo regresaron a la ciudad después de estudiar en el extranjero, utilizaron la fábrica de la cervecería que se quemó en el incendio.

Los hermanos Troya se aliaron con el señor Rodolfo Brickman que trabajaba bajo el nombre de Alloldfruit, en un inicio la gaseosa no tenía muchas ventas por lo que trabajaban únicamente Jaime y Galo junto a sus esposas.

Por varias situaciones Brickman no pudo seguir dentro de la sociedad, al mismo tiempo por causas legales se les notificó que no podían seguir utilizando el nombre Alloldfruit, por lo que a partir del primero de mayo de 1949 comenzaron a utilizar el nombre Fructi Soda.

En el terremoto de 1949 la ciudad se quedó sin agua, sin embargo, los hermanos Troya traían agua desde el sector de Pishilata en tanques para seguir con la producción.