El trampolín de las redes sociales a los trastornos alimentarios

El consumo de redes sociales afecta el comportamiento alimentario de niños y adolescentes.
REFERENCIA. El consumo de redes sociales afecta el comportamiento alimentario de niños y adolescentes.

El consumo de contenido referente al peso o transformaciones corporales, poco a poco se convierte en un problema para niños y jóvenes que tienen acceso a redes sociales.

En Estados Unidos, un estudio desarrollado en diciembre de 2022 por la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB) analizó el contenido de Tik Tok en ese país, relacionado con alimentos, nutrición y peso.

De esta investigación, el 44% de los videos ofrecía contenido sobre pérdida de peso y otro 20% sobre transformaciones corporales donde se da una explícita muestra de este proceso.

Los expertos notaron que, además, el hashtag #Pérdidadepeso, llegó a tener más de 10 mil millones de visitas.

En Ecuador, la historia no es diferente, pues hay casos en los que niñas y adolescentes, que se preocupan por su físico, han empezado a desarrollar síntomas de algún tipo de trastorno alimentario.

DATO
Según expertos, los adolescentes desde los 12 años son 
los más propensos a desarrollar TCA a partir del alto 
consumo de redes sociales que tienen a diario.

 

Casos

“Me gusta verme bien antes de grabar mis videos, no me gusta que se me vea que todavía estoy gordita porque entonces la gente empieza a hacer comentarios feos y no le dan like”, aseguró Aída, nombre protegido, quien apenas tiene 11 años y ha empezado a desarrollar signos de trastorno en su comportamiento alimentario.

La madre de la menor comenta que ha “hablado con ella para explicarle que apenas es una niña que no se desespere por el peso y cosas así, pero no escucha razones. Hemos programado citas con el psicólogo, porque para mí estas son alarmas que no puedo dejar pasar”, mencionó preocupada la madre de la menor.

El caso de Aída no es aislado, Gema de 17 años, fue diagnosticada con anorexia nerviosa, esto a partir de su obsesión por aparecer delgada en fotos y redes sociales.

“Me estresa solo pensar en comer y saber que eso me va a subir de peso y me voy a ver mal. Yo veo los videos de chicas que se ven super bien, hago ejercicios cuatro horas por la noche luego de acabar deberes del colegio, tomo un vaso con agua de jengibre con piña y me acuesto a dormir”, contó.

Esta situación ha despertado preocupación entre sus familiares, quienes aseguran que están intentado ayudarla, pues la delgadez que actualmente presenta determina que tiene un peso menor al que le corresponde para su talla y edad.

“Queremos que ella entienda que esas cosas son superficiales, que está bien que se ejercite, pero que coma algo porque más es lo que hace actividad antes que otra cosa, ya se nos desmayó una vez y no queremos que le pase nada”, dijo la mamá de Gema.

 

TOME NOTA
Anorexia y bulimia son los trastornos más comunes que se 
desarrollan en personas que se obsesionan con el peso corporal. 
La depresión y ansiedad están ligadas a estos problemas.


Experto

José Luis Paredes, psicólogo clínico y experto en temas de Trastorno del Comportamiento Alimentario (TCA), aseguró que “lo que es alarmante es que son niñas y niños los que están entrando en este mundo de estrés y hasta la inanición por preocuparse por sus figuras cuando apenas son niños, muchos no llegan ni a la pubertad y hablan hasta de cirugías estéticas futuras. Es alarmante el declive de autoestima que desde temprana edad se evidencia”, aseguró.

El profesional sostuvo que es un escaparate de cuerpos perfectos lo que se ve en esas plataformas. “Estas herramientas que, si bien facilitan la comunicación, definitivamente también son un camino corto al TCA si no se usan de manera adecuada y con el criterio que corresponde, ahí es donde los padres juegan un papel importante para guiar a sus hijos o hijas”, manifestó.

Aspecto social

“La sociedad como tal tiene que ser empática, en realidad un comentario puede ser tan destructivo y mostrar tanta miseria humana que es capaz de dañar la autoestima de una persona motivándola a desencadenar problemas de todo tipo, no solo alimentarios”, manifestó el sociólogo Antonio Muenala.

Para Muenala, esto tiene que ver con un “grado de riesgo que estos contenidos tienen, pues no todos los dichos consejeros son profesionales y la idiosincrasia de la gente es creer lo que yo creo que me va a funcionar”. (MAG)