Reaccionar con violencia no es una solución al bullying

Si tu hijo sufre de bullying no le digas que reaccione con violencia.
ACOSO. Si tu hijo sufre de bullying no le digas que reaccione con violencia.

En Ecuador, al menos uno de cada cinco estudiantes ha sufrido bullying o acoso escolar o en el entorno que se desempeñan cotidianamente. Así lo revelan los datos de un estudio realizado por el Ministerio de Educación, Visión Mundial y Unicef.

Muchos niños y adolescentes son víctimas de sus compañeros, reciben maltrato verbal, físico o psicológico.

Aunque al momento en la región Sierra y Amazonía se encuentran en vacaciones, los expertos señalan que es un tiempo para subsanar inconvenientes ocurridos en el periodo escolar y buscar alternativas para que el patrón no se repita en el siguiente año lectivo.

El bullying se da cuando una persona dice o hace cosas para lastimar intencionalmente a otra, que tienen dificultad para defenderse.

Frente a este problema, muchos padres, les aconsejan a sus hijos reaccionar con violencia.

“Si te pega, tu regrésale el golpe”, “no seas tonto no te dejes, tú también golpéale”, son algunos de los consejos que dan los cuidadores a los menores y están en un error.

“Hay papitos que se confunden y creen que defenderse es responder con golpes. Muchas veces se cree equivocadamente que una persona solo puede defenderse a través de la violencia o de reaccionar primero, pero eso no es defenderse. Defenderse no es el golpe, es hacer valer nuestros derechos, también es buscar redes de apoyo, buscar ayuda, comunicar lo que nos pasa”, dijo el psicólogo clínico Oscar Pérez.

 

EL DATO
Según un estudio que midió la prevalencia del bullying 
en la región y lo comparó con el resto del mundo, América 
Latina es la región con los niveles más altos de acoso escolar.

 

Testimonio

José Luis de 38 años, es padre de un niño de 9 años, quien estaba sufriendo de bullying en la escuela. Sus compañeros lo insultaban y hasta lo golpearon.

“Cuando me contó, me llené de rabia. Le dije que no era posible que se dejara pegar y que debía reaccionar igual, que debía defenderse. Hasta le enseñé a golpear”, contó el padre.

Luego, José Luis llevó a su hijo a la psicóloga. “Ahí entendí que lo que le estaba diciendo a mi hijo estaba mal, que esa no era la forma de ayudarlo”.

 

Problemas

A decir de Pérez, muchas de las personas que sufren de acoso escolar, no tienen la capacidad o los recursos para defenderse y tampoco sus padres, por eso el primer consejo les dan a sus hijos es “pégale tú también”.

“La persona que es víctima de bullying empieza a reprimirse y luego estalla con violencia, con depresión, con venganza, por eso en otros países hay tiroteos. Aquí están los suicidios”, agregó el Psicólogo.

Hay casos en que los estudiantes que sufren de este problema, abandonan la escuela o el colegio, se van de la casa para volver a clases o han intentado suicidarse. En Píllaro, una niña que era víctima de bullying, intentó acabar con su vida.

 

¿Qué hacer?

Según el psicólogo, los cuidadores deben construir un vínculo de confianza con los niños y adolescentes, para tener una comunicación adecuada. “La figura paterna debe ser receptiva, sin emitir juicios de valor, como, por ejemplo, a ti te pasa eso por débil, tú que te dejas”.

Hay que escuchar a los hijos con atención mientras están hablando sobre este tema y mantener la calma mientras ellos cuentan lo que están viviendo.

No hay que invadir con muchas preguntas, pero si es necesario saber toda la información útil, como quién es el agresor, desde cuándo ocurre, tipo de acoso, personas conocedoras y lo más importante, cómo se siente el niño o adolescente.

“Es muy importante evitar culpar a la víctima de lo que está viviendo, ya sea directamente o indirectamente, con preguntas sobre su capacidad para enfrentarse a los acosadores o sobre el hecho de no haberlo contado antes”, dijo Pérez.

Nunca hay que aconsejarle que se pelee con los agresores. Y tampoco los padres pueden tomar justicia por mano propia.

“Hay que buscar redes de apoyo con quien el menor puede contar para cuidarse, como el tutor, inspector, compañeros.  Si todos se unen, se puede frenar la situación”, enfatizó Pérez.

Si el niño sufre agresiones, se debe denunciar el hecho ante las autoridades. Si el nivel de ansiedad y miedo que vive la víctima es importante que asista a terapia, para que un profesional le enseñe estrategias que le ayuden a afrontar la situación de acoso, favorezca la mejora de la autoestima del menor que probablemente esté dañada y le dote de habilidades para prevenir situaciones parecidas en el futuro. (APQ)

 

Algunos consejos:

  • Observa al niño o la niña. Trata de estar atento a los cambios de humor y de comportamiento, la motivación al estudio, frecuentes enfermedades leves como dolor de estómago o jaquecas.
  • Escucha y dialoga con ellos. Los niños y las niñas casi nunca mienten en estos temas. Es importante escuchar lo que ha vivido y cómo se siente, sin juzgarlo.
  • Mantén la calma. Es importante estar sereno y adoptar una actitud de comprensión y atención, transmitiendo seguridad y tranquilidad.
  • Dile que no es culpable de nada. Todas las personas tenemos derecho a ser protegidas contra cualquier forma de violencia y a ser tratados con respeto.
  • Refuerza su autoestima. Ayúdales a reconocer sus capacidades, habilidades y el gran esfuerzo que ha hecho al haber pedido ayuda.
  • Comunica la situación a la escuela. Es importante que el centro escolar conozca la situación y mantenga una comunicación continua y de colaboración con ellos.
  • Dale la oportunidad de ampliar su grupo de amigos y amigas. Las actividades fuera del centro escolar le dan la oportunidad para relacionarse con otros chicos y chicas de su edad.
  • Mantén una buena comunicación basada en la confianza. Esto facilitará que acuda a ti en caso de recibir algún contenido o invitación que le provoque malestar o incomodidad.
  • Recomienda a tu hijo o hija que no responda a las agresiones y en caso de sospechar que se está dando una situación de ciberacoso, trate de guardar los mensajes como prueba, de bloquear al remitente o de denunciar el caso.