Escenarios electorales

Menos encuestas y novelería, y más análisis de las propuestas de los candidatos y escenarios post elecciones. ¿Esto qué significa? Que la academia, los gremios, los sectores empresariales y la sociedad civil deben organizarse en ideas y acciones de cara a la posible ganancia de los personajes con más posibilidades. No es lo mismo si gana Lasso, Yaku Pérez, Arauz o Romero por graficar la perspectiva de este análisis. La afirmación parece obvia, pero no estamos preparados para esa obviedad. Detrás de cada uno de ellos hay intereses legítimos en lo político, pero también una serie de grupos que respaldan sus propuestas con intereses propios. En es sentido, ¿qué estamos haciendo para que los intereses de la mayoría de la población estén en sintonía con los de los candidatos? Por esa razón, el país necesita de unos acuerdos mínimos en lo económico, político y social, y unos máximos en lo ético y en la lucha contra la impunidad.

En lo económico, el gran reto para los candidatos, empresarios y la sociedad en general es la recuperación del empleo. Esa es la principal prioridad, pues sin ingresos se acelera la descomposición social debido a la angustia, la bronca contra el sistema y la impotencia. No es una tarea sencilla, porque la recuperación de la crisis va para largo según la Comisión Económica para América Latina (Cepal). Eso se traduce en una década de estabilizar la economía, si es que no llegan unos cuantos irresponsables a jugar con los pocos recursos que nos quedan. También es necesario transparentar las cifras y saber cómo está el campo minado. La campaña debe centrarse en este debate. El empleo es la respuesta a todos los vicios y males.

En lo social es impostergable el diseño de un sistema de salud que garantice el acceso, la cobertura y calidad del servicio desde una perspectiva incluyente. Y de manera concomitante, el rescate de la seguridad social. Esto no es un problema de los adultos mayores, es una necesidad intergeneracional, sobre todo de los jóvenes. Y en lo político, el giro ético puede abrir las puertas a un sistema con otros y mejores partidos, cuadros y prácticas políticas.