Ultramontanos

No cambiar de visión ante hechos limita el pensamiento. En la deriva económica arrastrada al país por intereses corporativos, supuestos maestros de economía repiten su antiguo discurso.

El cínico ministro de Finanzas que les contribuyó es premiado, el funcionario de reemplazo de vieja escuela, días antes de asumir el cargo insistía en la necesidad de recortar más al Estado, solución casera que empeorará la situación, 50 años del mismo discurso inútil. El país creció antes combinando acciones estatales correctas con la empresa privada, la pregunta es si la empresa privada será capaz de cubrir el mercado laboral en el volumen necesario, seguro que no, los fracasos anteriores de ese modelo lo prueban.

El pensamiento ultra es similar, al contrario, la diferencia es que los primeros quieren todo para el grupo y los otros quieren todo para todos. La sociedad debe engendrar una distribución equilibrada, adecuada a los riesgos, si los primeros ofrecen servicios por lucro los otros lo hacen por mandato, esto explica porque la jugada de rifar todos los bienes públicos rentables y dejar servicios netos al Estado, que al no recibir ingresos fiscales fracasa.

Nuestra economía se caracteriza por inversiones de capital en el sector comercial y muy poco en el industrial y peor aún en agricultura, en la sociedad digital los “emprendedores” sólo van por lo primero que generalmente provoca salida de divisas y poco ingreso al país de las mismas. El Estado tiene función de equilibrio.

Contrario a los ultramontanos, la profesora del Tecnológico de Massachusetts y ganadora del Nobel de Economía 2019, Esther Duflo dice que ve en la “crisis sanitaria, una oportunidad para poner en valor lo público, recordando porque necesitamos al Estado, es parte de la solución, no del problema”.